EFE
LONDRES, INGLATERRA.- Un total de veintinueve personas fueron detenidas ayer en las diferentes manifestaciones desplegadas en Londres para protestar por la visita de Estado del presidente de EU, George W. Bush, que se prolongará hasta mañana.
Las detenciones responden a faltas menores “como destrucción de bienes públicos, posesión de objetos peligrosos o consumo excesivo de alcohol”, dijo un portavoz de la Policía Metropolitana de Londres.
Pese a estos arrestos, la impresión de las fuerzas de seguridad, que han extremado la vigilancia en el centro de la capital, es que “la jornada ha transcurrido sin grandes altercados y las protestas han sido pacíficas”, según la misma fuente.
Entre los actos celebrados ayer en Londres destacó una parodia de la ceremonia del té ante el Palacio de Buckingham, residencia de la Reina Isabel II y donde se hospeda el matrimonio Bush.
La idea de esta protesta, que atrajo a centenares de activistas, era criticar la visita del presidente y burlarse de los valores del antiguo imperio británico en tono irónico-festivo.
Pero poco se imaginaban los manifestantes que iban a tardar dos horas para recorrer el corto trayecto desde la estación de Victoria, en el centro de la ciudad, hasta la verja del Palacio, y que lo iban a hacer con escolta policial.
Como extraordinaria medida de seguridad, decenas de agentes a pie y en motocicleta y varios furgones policiales escoltaron al grupo de activistas, algunos de los cuales iban disfrazados como prisioneros en la Bahía de Guantánamo.
“Ahora más que nunca me siento como uno de ellos”, declaró Paul Milling, miembro de la organización antinuclear Trident Plough, mientras avanzaba vestido con un mono naranja y encadenado.
Desde abuelas con sillas plegables a escolares rebeldes, gente de todo tipo se sumó a la caravana del té, que para cuando llegó a las puertas de Palacio, convertido en una fortaleza, ya tenía el brebaje frío.
Otros manifestantes procedentes de la famosa plaza londinense de Trafalgar y de la sede del Parlamento, en Westminster, convergieron ante la residencia oficial de la reina, donde varias personas fueron detenidas tras enfrentarse a las fuerzas del orden.
No acabaron aquí las protestas contra Bush, que ayer defendió, una vez más, la guerra en Iraq, en un discurso en el palacete Banqueting House de Londres.
Artistas, poetas e intelectuales se reunieron en el Ayuntamiento londinense para participar en una protesta “oficial”, presidida por el alcalde, Ken Livingstone.
Estuvo presente, como invitado de honor, Ron Kovic, el veterano soldado estadounidense cuya traumática experiencia en la guerra de Vietnam inspiró la película “Nacido el cuatro de julio”.
También apoyó el acto Damon Alban, del grupo de pop Blur, junto a otras personalidades de la sociedad británica.
Las protestas contra la polémica visita de Bush, que hoy se reúne con el primer ministro, Tony Blair, para hablar sobre Iraq, se extendieron a todo el país.
Unas quinientas personas se manifestaron en Manchester (norte de Inglaterra) y otros tantos lo hicieron en ciudades del sureste del país.
Pero el gran día para quienes se oponen a George W. Bush y a su política exterior será hoy, cuando está convocada en Londres una manifestación nacional que desembocará en la plaza de Trafalgar, donde será derribada una efigie del líder estadounidense.