MÉXICO, DF.- La deuda pública interna de México alcanzó al cierre de septiembre 851 mil 214.8 millones de pesos (77 mil 383 millones de dólares), su máximo histórico.
Además, se mantiene por encima de la deuda externa, que totalizó en 75 mil 941 millones de dólares, informó ayer la Secretaría de Hacienda en un documento sobre la evolución de las finanzas públicas este año.
El monto equivale al 13.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), casi un punto porcentual más que al cierre de 2002, lo que implicó un incremento de 29 mil 942 millones de pesos (dos mil 722 millones de dólares).
La mayor parte del endeudamiento interno neto del Gobierno Federal se alcanzó a través de las colocaciones de valores gubernamentales, especialmente de bonos a tasa nominal fija y en bonos de desarrollo (Bondes).
Además, durante los primeros nueves meses del año aumentó desde 816 a 897 días el plazo promedio de vencimiento de estos valores.
La deuda externa, por su parte, creció en apenas 6.2 millones de dólares en el período y alcanzó los 75 mil 941 millones de dólares, equivalente a un 13.1 por ciento del Producto Interno Bruto, en comparación con los 25 puntos porcentuales que representaba en 1990.
La mayor fuente de financiación externa fue la emisión de bonos públicos en los mercados internacionales de capital (46.5 por ciento), seguidos de recursos obtenidos a través del mercado bancario (22.8 por ciento).
Más atrás se ubicaron los fondos provenientes de los proyectos de financiación conocidos como Pidiregas (Proyectos de Inversión Diferidos al Gasto, 13.7 por ciento), los desembolsos de organismos financieros internacionales (9.2 por ciento) y los recursos destinados a apoyar el comercio exterior (7.8 por ciento).
Las principales amortizaciones en el período enero-septiembre de este año fueron para retirar del mercado los Bonos Brady, títulos de deuda pública apoyados por Estados Unidos que habían sido introducidos en 1990 para garantizar obligaciones del Estado que habían lastrado a México durante los ochenta.
La emisión de estos bonos alcanzó a 34 mil 254 millones de dólares y su retiro estaba previsto para 2019, pero con el pago anticipado de sus obligaciones, México logró sacarlos a mediados de año.
La reducción de la deuda externa implicó que su relación con las exportaciones (que representan ingreso de divisas) registró una evolución positiva de medio punto porcentual, al pasar de 46.9 por ciento en 2002 a 46.4 por ciento en septiembre.
Como porcentaje del PIB, desde el año pasado la deuda externa es más baja que la interna, que ha venido creciendo desde 1997.
Ese año la estrategia de financiación del Gobierno Federal tuvo un viraje y se concentró en costear el déficit público en el mercado interno, mientras las operaciones en el frente externo se enfocaron a mejorar sus condiciones.