Una buena dieta debe combinar alimentos y atender las cantidades, no sólo debe tener como único fin el aspecto estético, ya que de esta acción derivan grandes problemas de salud. De acuerdo con especialistas del IMSS, un régimen carente de los nutrientes principales representa una amenaza real.
La doctora Mónica Gema Carranza Hernández explica que las dietas no prescritas por un especialista, como la de la luna y la manzana, provocan desequilibrio del elemento alimenticio y pueden desencadenar desnutrición, que deteriora al sistema óseo y los dientes; causar anemia y afectar la vista.
Y peor aún, un desequilibrio en los nutrientes y problemas de colon o incluso, puede ocasionar la aparición del cáncer al someterse a dietas de moda, obsesión de la que resultan víctimas las mujeres.
Primero la salud Carranza Hernández, jefa del departamento de Nutrición y Dietética del Centro Médico Nacional La Raza, precisa que la mejor dieta consiste en una alimentación balanceada, para la cual se debe tomar en cuenta el sexo, edad, peso, talla y actividad física que se realiza, ya que las necesidades kilocalóricas y el desgaste energético de cada persona son diferentes.
Una alimentación completa significa comer todos los alimentos, incluyendo pan, tortilla, pastas y dulces, pero en cantidades moderadas, porque -ejemplificó- las carnes aportan proteínas que se requieren para los tejidos; los endulzantes y pastas, carbohidratos que dan energía y calorías, las frutas y verduras, vitaminas y minerales.
Los productos para mantener la "línea", además de ser caros no cumplen con su objetivo, al contrario, provocan problemas secundarios, ya que muchos de ellos son bebidas que pretenden suplir a la comida, lo cual hace perezoso al intestino y al suprimir el proceso de masticación ocasiona problemas de dentición, subraya.
Carranza dice que las mujeres deben estar conscientes de que su estereotipo, que a diferencia del europeo, es de cadera ancha, estatura baja y miembros inferiores y superiores más cortos, factores que son genéticos.
Debe existir un equilibrio en la cantidad de alimento que se ingiera, y éste dependen de la edad. Por ejemplo, los niños pueden tomar diariamente leche o sus derivados como queso, yogurt o crema, frutas, verduras, cereales, leguminosas, sopa de pasta, tortilla, pan y de dos a tres veces por semana, carne y huevo.
Los adolescentes además de tres comidas, deben incluir dos colaciones (una comida muy ligera a media mañana y por la tarde) y aumentar su consumo de carne, frutas y verduras. Un adulto debe hacer las comidas básicas en horarios fijos, y si tiene una actividad fuerte puede incluir dos colaciones, ya sea sandía o piña, que satisfacen y proporcionan los elementos necesarios como vitaminas y minerales.