Virales Juan Gabriel Viral Virales Insólito

Difícil encontrar nueva vida para ex pandilleros

OKLAHOMA CITY, Oklahoma, EU. (AP) .- Juan Salazar resolvió quitarse los tatuajes de su rostro que lo identificaban con un grupo pandillero. Con la esperanza de conseguir un trabajo y comenzar una nueva etapa de su vida, consideró que valía la pena soportar el dolor y el sufrimiento de la operación.

El ex convicto de 24 años se sometió a una operación quirúrgica que le dejará seis incisiones suturadas en cada uno de los seis tatuajes de su rostro, y probablemente cicatrices.

El doctor Roy Forsythe, cirujano plástico de Edmond, aceptó quitarle los tatuajes a Salazar y a otros ex pandilleros que dicen que los grabados les impiden comenzar una nueva vida.

"Hay una necesidad imperiosa de hacer esto. Voy a ayudarlo todo lo que pueda", expresó Forsythe.

Oklahoma, a diferencia de Texas y otros estados, no tiene un programa gratuito o de bajo costo para ayudar a los ex pandilleros a quitarse los tatuajes.

En Texas, los ex pandilleros tienen acceso a 14 programas públicos y privados que les permiten remover sus inscripciones sin pagar o afrontando pequeños costos.

El programa de Texas comenzó en 1995, cuando la oficina del fiscal general del estado consiguió un subsidio de la división de justicia en lo criminal de la gobernación.

El dinero fue utilizado para comprar suministros y equipos médicos, y expertos locales se hicieron cargo luego del programa.

Salazar se sentía muy orgulloso cuando los tatuajes le permitieron hacer pública su afiliación a la pandilla Southside Locos, pero posteriormente renunció a la agrupación y las inscripciones se convirtieron en una barrera para reiniciar una vida normal y conseguir un trabajo.

Salazar ha presentado al menos 15 solicitudes de empleo desde que fue liberado de la prisión del Condado de Oklahoma en noviembre del 2002. Muchas de las empresas nunca lo llamaron, pero uno de los propietarios de las compañías a las que acudió en busca de trabajo fue sincero.

"Me dijo que cuando me quitara mis tatuajes, me daría un trabajo", recordó Salazar.

El joven consiguió ayuda luego de enviar una carta a José Viloria, un consejero juvenil de la Agencia de Desarrollo de la Comunidad Latina. En la misiva dijo que quería ayuda para conseguir un empleo, y mencionó el tema de los tatuajes.

"Estoy tratando de conseguir un trabajo y por eso quiero sacármelos pero requiere dinero, y en este momento tengo poco ahorrado", escribió.

Tras leer la carta, Viloria llamó a Salazar, arregló un encuentro y sostuvo que el joven fue sincero.

"Nunca me pidió dinero, ni un dólar para una leche. Me pidió un trabajo", comentó Viloria. "Eso fue lo que me gustó de él", expresó.

Viloria relató la historia de Salazar en todos los sitios que creyó encontraría un público atento.

Finalmente Viloria perdió la paciencia. Durante un encuentro sobre pandillas realizado en una iglesia explicó el problema una vez más e inmediatamente planteó un ultimátum.

"Les dije, '¿quieren ayudarme? Digan sí o no. Si dicen que sí, encuentren un trabajo para este joven y quítenle sus tatuajes"', relató.

Al día siguiente Viloria recibió una llamada de Forsythe, allegado de alguien presente en el encuentro de la iglesia.

Recientemente Forsythe le quitó en un procedimiento quirúrgico los tatuajes a Salazar de manera gratuita.

Forsythe se ofreció a ver a Salazar y a otra joven que también quería sacarse los tatuajes de una de sus manos para poder asistir a la facultad de enfermería.

A diferencia de la mujer, Salazar necesitó cirugía por la profundidad de sus tatuajes, dijo el médico.

"Estos tatuajes caseros son demasiado profundos para ser quitados con láser", explicó Forsythe.

Forsythe practicó incisiones para eliminar los tatuajes del joven y luego cosió la piel. El procedimiento dejará cicatrices, pero Salazar dijo que no le importa.

"Prefiero una cicatriz al tatuaje", manifestó.

Forsythe dijo que por ese procedimiento hubiese cobrado "un par de miles de dólares", pero donó la operación porque la consideró una necesidad.

"Para un chico como Juan, si va a pedir empleo, la gente se asustará. Luce como un criminal", sostuvo Forsythe antes de la cirugía.

Salazar se unió a la pandilla Southside Locos a los 12 años. Luego estuvo detenido en centros juveniles, en la penitenciaría estatal y en la cárcel del condado.

Cuando cicatricen sus heridas, Salazar hablará a jóvenes hispanos sobre la realidad de la vida en las pandillas.

"Quiero decirles que estar en una pandilla es realmente estúpido", dijo. "No deja más que dos opciones: ir a prisión o que te maten".

Leer más de Virales

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Virales

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 60249

elsiglo.mx