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Difícil reconciliar visiones en Chile

Notimex

Santiago DE CHILE.- El presidente chileno Ricardo Lagos afirmó que a 30 años del golpe militar de 1973 aún parece "difícil" lograr la plena reconciliación del país debido a la profunda división que produjo ese hecho y a las miles de víctimas de la represión.

"Es difícil la plena reconciliación. Me gustaría avanzar en eso, pero si por plena reconciliación se entiende que todos van a tener la misma visión respecto a las causas de por qué se produjo (el golpe militar), es difícil", dijo el mandatario.

Entrevistado en el Palacio de La Moneda, Lagos explicó que a diferencia de la transición española a la democracia, que se inició 40 años después de la Guerra Civil en ese país, en Chile se produjo mucho más rápido el cambio de régimen.

Recordó que la transición en España comenzó al morir Francisco Franco, en 1975, cuando ya habían pasado casi cuatro décadas del levantamiento de 1936, mientras que en Chile el dictador Augusto Pinochet entregó el poder 17 años después del golpe contra el presidente constitucional, el socialista Salvador Allende.

A diferencia de Chile, en España "había ya otra generación, y así es más fácil", dijo Lagos al referirse a lo difícil que resulta para los países cerrar las heridas de acontecimientos tan traumáticos como el golpe militar encabezado por Pinochet en 1973.

"Aquí (en Chile) todavía la historia es un poco reciente como para eso", señaló el mandatario, el segundo socialista que gobierna este país luego de Allende, quien murió en La Moneda durante el golpe de Estado en su contra al suicidarse antes de caer prisionero.

El 11 de septiembre de 1973, Pinochet, entonces comandante en jefe del Ejército chileno, derrocó a Allende mediante un golpe militar e instauró en el país una brutal dictadura que dejó más de tres mil víctimas entre ejecutados y desaparecidos políticos.

A lo largo de 17 años, entre 1973 y 1990, los chilenos vivieron bajo un régimen de terror encabezado por Pinochet, quien restringió o suprimió todas las garantías individuales, aniquiló a los opositores políticos y condenó al exilio a miles de familias.

Para un sector de chilenos, Pinochet es un héroe que salvó al país del comunismo, mientras que para otros se trata de un criminal responsable de las miles de ejecuciones y desapariciones forzosas que se produjeron durante su dictadura.

Lagos señaló que el 30 aniversario del golpe ha sido una oportunidad para que los chilenos revisen aquel suceso histórico "con un mejor equilibrio" y para que, más allá de las diferentes interpretaciones, se logren consensos con visión de futuro.

"Nunca va a haber acuerdo en cuáles fueron las causas por las cuales se produce el rompimiento democrático de Chile, pero sí hoy hay un consenso de todos: el ‘nunca más’. Nunca más Chile puede volver a repetir aquello, ese signo destructor, esa ruptura del alma de Chile. Nunca más", manifestó el presidente.

Dijo que ese "es el gran avance de estos 30 años, porque antes muchos me decían: ‘pero cómo nunca más, si no pasó nada’, y negaban lo que ocurrió. Hoy nadie niega que hubo detenidos-desaparecidos, nadie niega que hubo presos, nadie niega que hubo torturas, nadie niega que hubo exilio, nadie niega que hubo muertos. Para qué".

Lagos sostuvo que otro elemento central es que "30 años después, hemos tenido un tremendo avance en consolidar un sistema democrático, en restablecer el mando del poder civil sobre el poder militar. Esto se está percibiendo poco en el extranjero, pero eso hoy es así".

Chile, en efecto, goza de estabilidad económica -lo que muchos atribuyen a las drásticas reformas neoliberales emprendidas bajo la dictadura de Pinochet- y su institucionalidad democrática es una de las más sólidas de América Latina.

En junio último, el comandante en jefe del Ejército chileno, Juan Emilio Cheyre, hizo un deslinde del pasado golpista de la institución castrense al hablar del "nunca más" en un mensaje que ha sido criticado con dureza en el círculo más duro del pinochetismo.

Cheyre planteó que "nunca más excesos, crímenes, violencia y terrorismo, nunca más a los sectores que nos incitaron y avalaron nuestro actuar en la crisis que provocaron... los atropellos a los derechos humanos no tienen justificación".

Para el mandatario chileno, todos estos signos son positivos "y en consecuencia, estos 30 años son un restablecimiento de las tradiciones republicanas de Chile".

Lagos, quien milita en los partidos Socialista (PS) y Por la Democracia (PPD), fue uno de los protagonistas del fin del régimen militar, que fue posible cuando una amplia coalición política derrotó a Pinochet en 1988 en un referéndum sobre su permanencia en el poder.

En 1990, la democracia volvió a Chile con el triunfo electoral del candidato presidencial Patricio Aylwin, quien fue postulado por la Concertación de Partidos por la Democracia, integrada por el Partido Demócrata Cristiano, el PS, el PPD y el Partido Radical.

Lagos, quien durante la dictadura de Pinochet vivió varios años en el exilio y es el tercer presidente consecutivo de la Concertación, consideró que el país "está maduro para poder hacer un debate civilizado, histórico, sobre que ocurrió" hace 30 años.

Señaló que el mundo y Chile han cambiado mucho desde entonces "porque en 1973 eran los tiempos de la Guerra Fría, de la confrontación ideológica, y hoy los retos son otros, tenemos un mundo globalizado, los instrumentos para lograr equidad también cambiaron".

El gobernante resaltó que lo más importante es que el Chile actual es un país comprometido con valores como la democracia y el respeto a los derechos humanos, mientras que con relación al pasado éste debe asumirse con verdad y justicia.

NTX

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