AP
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Juan Pablo II encabezó una solemne vigilia a las luz de las velas en la madrugada del Domingo de Resurrección, cumpliendo su intenso programa de ceremonias de la Semana Santa.
El frágil pontífice de 82 años, que tiene dificultades para caminar y padece de síntomas del mal de Parkinson, ha reducido su participación en algunos servicios. Pero estuvo presente en las principales ceremonias, incluso en la vigilia en la Plaza de San Pedro que conmemora el fallecimiento de Jesucristo antes de su resurrección.
El pontífice fue llevado en una silla de ruedas al interior de la basílica obscura ayer por la noche en la carroza que usa para movilizarse. Los sacerdotes encendieron los cirios de la multitud, uno por uno, hasta que centenares de velas ardientes iluminaron la iglesia.
La Semana Santa es una ocasión de intensa actividad para Juan Pablo II, con tantas presentaciones en público. En Jueves Santo presidió dos misas y ofició el servicio de Viernes Santo en el Coliseo antes de la vigilia del sábado.
Sin embargo, el pontífice parecía relativamente fuerte ayer por la noche. Este año bautizó a siete personas, uno de Estados, Nigeria, Burkina Faso, Túnez, Burundi, Japón y Italia.
Juan Pablo sólo tendrá unas cuantas horas de descanso antes de la celebración de Pascua de Resurección el domingo por la mañana. Durante la celebración, el pontífice dio su mensaje “Urbi et Orbi” en latín “A la Urbe y al Mundo”.
La homilía de ayer fue sobre los temas religiosos, pero su mensaje de Pascua de Resurección podría ser dedicado a la guerra de Iraq. El pontífice se opone a la guerra y ha expresado su preocupación por las víctimas.