Reuters
WASHINGTON, EU.- Iraq invitó ayer a los jefes de los inspectores de la ONU a discutir temas pendiente sobre desarme, mientras el presidente George W. Bush preparaba al pueblo estadounidense para una posible guerra en un discurso previo a la cumbre de hoy con Gran Bretaña y España.
Mientras Bush hablaba de su disposición a “enfrentar el creciente peligro” en Iraq, cientos de miles de personas marcharon por las calles de Madrid, Washington y Berlín para protestar contra un conflicto bélico que ya parece inminente.
El jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, dijo que discutiría con su colega Mohamed Elbaradei, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la invitación de Bagdad durante este fin de semana.
Una portavoz de la ONU en Viena dijo que los inspectores consultarían al Consejo de Seguridad el lunes sobre la invitación.
Por su parte, la cancillería francesa dijo en una declaración que nada justificaba el uso de la fuerza en esta fase y que este no es el momento de poner fin a las inspecciones de armas de la ONU.
Francia propuso también el sábado que los ministros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunieran para analizar la situación con Iraq inmediatamente después de la presentación el martes de una agenda de trabajo para los inspectores de armas.
Islas Azores
Bush, quien se reunirá el domingo en las Islas Azores del Océano Atlántico con el primer ministro británico Tony Blair y con el presidente del gobierno español, José María Aznar, recalcó que había pocas esperanzas de que el presidente de Iraq, Saddam Hussein, acceda a desarmarse.
“A las naciones libres del mundo nos esperan días cruciales”, dijo Bush en su discurso radial de cada semana.
“No hay duda. Enfrentaremos un peligro creciente para protegernos, para eliminar a un patrón y protector del terror y mantener la paz del mundo”. El tono de los comentarios de Gran Bretaña, donde Blair ha tenido que enfrentar a opositores dentro de su propio partido, fue similar al de Bush.
Un portavoz dijo que Blair estaba realizando arduos esfuerzos para agotar los últimos recursos diplomáticos, pero el secretario de Relaciones Exteriores, Jack Straw, manifestó que ahora la guerra parecía “mucho más probable” y un ministro expresó que el conflicto bélico podría estallar en sólo días.