22 julio 2003
Alicante, España, (EFE).- ETA sembró hoy el pánico con la explosión de dos artefactos en sendos hoteles de las ciudades españolas de Alicante y Benidorm, en la costa mediterránea, que causaron heridas a trece personas.
"ETA ha querido introducir su cuota anual de miedo entre los españoles, que como todos los años se pretende, pero que estoy seguro de que no van a conseguir", dijo después el presidente del Gobierno español, José María Aznar, durante una rueda de prensa conjunta en Madrid con el primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern.
Un comunicante anónimo en nombre de ETA alertó hoy al diario vasco "Gara", medio de comunicación por el que la organización terrorista difunde habitualmente sus comunicados, de que habían colocado sendos artefactos explosivos en dos hoteles de la provincia de Alicante (este) y que detonarían a las 10:30 GMT.
Sin embargo, las explosiones -que afectaron a los hoteles "Residencia Bahía" de Alicante y "Nadal" de Benidorm- se produjeron entre 20 y 25 minutos antes de la hora anunciada por ETA.
Una llamada similar recibió también el diario "Levante-El Mercantil Valenciano", dijeron fuentes de ese medio, que precisaron que "un varón sin acento y que hablaba castellano llamó al periódico y pidió hablar con el responsable de información política", a quien le dio el mismo mensaje que a "Gara".
Como consecuencia de las explosiones 13 personas resultaron heridas. De ellos cuatro son policías, que trabajaban en la desactivación de los explosivos en el centro hotelero de Benidorm, donde también resultó herida una quinta persona.
Un portavoz oficial dijo que el explosivo que detonó en el hotel de Alicante estaba en una maleta en el interior de una habitación, en la que podrían haberse alojado los autores del atentado.
La misma fuente agregó que la explosión en ese hotel dejó dos heridos graves y leves a otros seis profesores y alumnos de una escuela de idiomas para extranjeros colindante a ese inmueble.
El litoral mediterráneo español ya ha sido objetivo de ETA en anteriores ocasiones, como en agosto de 2002 en que perpetró varios atentados en las localidades alicantinas de Santa Pola y Torrevieja.
ETA, que en los últimos 30 años ha asesinado a más de 850 personas, ha situado el sector turístico -uno de los más importantes de la economía española- en su punto de mira, realizando diversas "campañas" de atentados contra centros hosteleros y otros establecimientos en la zona mediterránea.
Por su parte, el ministro español del Interior, Angel Acebes, aseguró que esos atentados se han producido después de que en los últimos días las fuerzas de seguridad y la cooperación internacional hayan mermado la capacidad de esa organización.
"ETA tiene capacidad para atentar y generar sufrimiento", dijo Acebes durante una conferencia de prensa en Madrid, en la que aseguró que la organización terrorista "está más desorientada que nunca, después de que haya sido golpeada por las fuerzas de seguridad y la cooperación internacional".
Los partidos políticos y los sindicatos españoles condenaron los atentados y sus líderes coincidieron en que eran muestra de la debilidad de ETA.
La Policía española ha detenido en lo que va de año a 46 presuntos etarras, y la cooperación internacional ha permitido la detención de otros 27 en operaciones realizadas por las Policías de Francia, Holanda, Alemania y México.
Acebes explicó que los artefactos colocados por ETA en los dos hoteles eran "bombas trampa para multiplicar el riesgo y los efectos de los atentados contra la población y las fuerzas de seguridad".
Por su parte, el secretario de Estado español de Comercio y Turismo, Juan Costa, en declaraciones, lamentó que "los asesinos de ETA hayan perturbado la estancia de quienes eligieron esos lugares de la región de Valencia para pasar sus vacaciones".
Las autoridades españolas "garantizan que España es un país seguro", dijo Costa, que añadió que, además, el Gobierno español ha intensificado las medidas de seguridad en las zonas vacacionales.
El secretario general de la Federación Española de Hostelería (FEHR), Emilio Gallego, expresó su confianza en que esos atentados "no afecten al turismo en la zona".
Gallego, en declaraciones, consideró que el turismo "no se debe resentir" en esa zona, que además de turismo nacional, recibe todos los años miles de visitantes de Reino Unido, Italia, Alemania y Francia, entre otros países