MEXICO, D.F. (SUNAEE).- Es difícil encontrar a alguien que no haya padecido algún dolor en las articulaciones, aunque es cierto que se trata de un fenómeno que suele afectar principalmente a las personas mayores.
Hay que recordar que los abuelos suelen creer que cuando les duelen los huesos el tiempo va a cambiar, pero, la mayoría de las veces, se trata de una enfermedad que puede ser grave. Los especialistas dicen que alrededor del mundo existen millones de personas que padecen el mal llamado osteoartritis, también conocida como enfermedad degenerativa de las articulaciones, que se caracteriza por dolor, inflamación y limitación en el movimiento de las articulaciones.
Diversos estudios han demostrado que alrededor de 80% de las personas mayores de 55 años presenta alteraciones visibles en las radiografías, y en mayores de 70 años, esta enfermedad afecta hasta 85% de la población. Además, se conoce con certeza que la incidencia de osteoartritis no está relacionada o influenciada por la raza y el nivel socio-económico de la paciente.
Los médicos especialistas señalan que las causas por las que se produce esta enfermedad son diversas, pero la principal es por la movilización de las articulaciones y la imposibilidad de regenerar el cartílago que se va deteriorando por el movimiento.
El tratamiento actual de la osteoartritis incluye el uso de antiinflamatorios, que suelen proporcionar beneficios a corto plazo. Son sólo un paliativo que alivia el dolor y la inflamación, pero favorece la inhibición en la reparación del cartílago y la destrucción del mismo. Es decir, suprimen los síntomas, pero aceleran la progresión de la enfermedad. En Europa, se han realizado los primeros estudios sobre los beneficios de la glucosamina y la condroitina, en los que se ha mostrado que el consumo de la primera coadyuva en el tratamiento de la osteoartritis, ya que su principal función es estimular la fabricación de las sustancias necesarias para la reparación de las articulaciones.
También se encontró que la condroitina está formada por sulfatos de glucosamina. y que su mayor concentración se localiza en los cartílagos que conforman las articulaciones.
Actúa absorbiendo el líquido de los tejidos, reduce la inflamación y destrucción del cartílago. A través de diversas investigaciones, se ha descubierto que buena parte de la degeneración que sufren las articulaciones se debe a los deficientes hábitos alimentarios.