POR CRISTAL BARRIENTOS TORRES
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El mercado de todos. Una plaza y mantas tendidas en el suelo son suficientes para ofrecer en las comunidades rurales, todo tipo de productos usados como zapatos, juguetes y ropa. Ahí no hay servicios de estacionamiento ni de seguridad, pero las amas de casa dicen que comprar en estos lugares les permite no afectar la economía familiar.
Como cada domingo en ejidos como La Unión y Ana, llegan decenas de vendedores a ofrecer productos usados —también conocidos como “de segunda”—. Así las amas de casa por unas cuantas monedas se surten de ropa, zapatos y accesorios para el hogar.
María del Refugio Guerrero asegura que es más barato comprar en los tianguis ejidales que en las tiendas del centro de Torreón. “La ropa está buena, hay pantalones hasta de 20 pesos y salen muy bien, ¿cuándo podríamos comprar algo a ese precio en el centro?”.
Según la ama de casa, cada ocho días acude a la plaza del ejido Ana para ver las novedades de los vendedores. En estas semanas, dice, es conveniente comenzar a escoger ropa para el tiempo de frío.
“Yo compro lo que encuentre bueno para mi esposo y para mí. Hay zapatos en buenas condiciones, me he gastado como 50 pesos y ya llevo varias cosas. A nosotros los pobres nos conviene comprar en estos lugares”.
La señora Leonor Lozano González señala que nunca puede comprar ropa nueva en las tiendas, la falta de dinero se lo impide y por eso opta por adquirir lo que puede en los mercados o tianguis que se instalan en el ejido.
“Con menos de 100 pesos podemos comprar muchas cosas y la verdad es que la ropa sale muy buena, yo ya compré dos sábanas, unas fundas y un pantalón, apenas me he gastado 50 pesos, a mí me parece que está bien”.
Sofía García tiene más de un mes de dedicarse a vender en los ejidos. Dice que los productos no pueden costar más de 20 pesos porque la gente no los compra: “aquí quieren casi todo regalado, si se les hace caro no lo compran”.
A los mercados ejidales, dice, va a vender hasta gente rica. “Como tienen muchas cosas que ya no quieren vienen y las venden, hasta yo les compro a las señoras ricas cuando vienen porque traen muchas cosas”.