GENTE | DOÑA TERESA DE QUINTERO, ORGULLOSAMENTE LAGUNERA
Dama ejemplar, doña Teresa Pámanes de Quintero escudriña en sus recuerdos. Sin dificultad se visualiza joven; era la gran época del casino de La Laguna, escenario de los más elegantes bailes de sociedad, a los que acudía con sus amigas, especialmente a los matinés (tardeadas) que se efectuaban los domingos. Sucedió en los años 40?s.
Característica también, de la sociedad de aquella época, quizá con un toque romántico, eran los paseos alrededor de la Plaza de Armas. ?Las mujeres caminábamos en un mismo sentido, y los hombres al contrario, para a nuestro encuentro vernos de frente. Los jóvenes nos cortejaban enviándonos un ramo de gardenias, claveles o rosas, que ahí mismo se vendían. Es lo que más añoro de mi juventud. Ahora, todo es diferente??.
Se enamoró joven y a los 19 años de edad contrajo matrimonio con Heberto Quintero Chacón, originario de Parras de la Fuente, Coah., quien le llevaba dos años. El enlace se celebró el 19 de abril de 1947 en la catedral de Nuestra Señora del Carmen, y posteriormente se ofreció un banquete, a partir de las doce del medio día, en el jardín de la residencia de sus suegros, localizada en calle Leona Vicario, entre las avenidas Morelos y Matamoros.
?Ah, también fui candidata a reina del carnaval que organizaba una empresa embotelladora??, interrumpe la plática, para luego decir, muy orgullosa, que es madre de catorce hijos, abuela de 44 nietos y bisabuela de tres niñas, de quienes exhibe fotografías sobre un mueble instalado en la sala de su hogar.
Muy comprometida con sus hijos, siempre estuvo al pendiente de su educación y actividades alternas, lo que la llevó a participar en la Sociedad de Padres de Familia de la escuela Carlos Pereyra, donde cursaron sus estudios Manuel, Heberto, Ernesto y Gabriel Quintero Pámanes.
Tiempo después, conoció ahí al padre Ernesto Uranga, S.J., quien invitó, en los años 60?s, a un grupo de damas laguneras para integrar el comité ?Alas para las Misiones??, que él fundó.
El propósito era reunir dinero, o bien víveres, ropas y otros productos para los indígenas de la Sierra Tarahumara; pero antes debieron realizar varias actividades recaudatorias para comprar una avioneta que facilitara el traslado de la mercancía a aquella región del estado de Chihuahua. Muy interesado con la causa, el padre Uranga aprendió a pilotear y él se encargaba de la transportación.
?Era un hombre muy culto y pronto aprendió a hablar tarahumara para que el idioma no fuera un impedimento. En una ocasión que lo acompañamos, dio la misa en ese dialecto para que nosotras lo escucháramos. Lamentablemente falleció a causa de una falla mecánica de la avioneta y el grupo se desintegró??, recuerda doña Teresa.
Posteriormente, su interés de ayudar al prójimo la llevó a formar parte del Comité de Damas Voluntarias del Hospital Infantil Universitario, desempeñándose como presidenta, donde contó con el apoyo de su prima Lupita de la Mora. ?Ayudamos en el mejoramiento del servicio y de algunos espacios??, de lo cual se muestra muy satisfecha.
En la actualidad, doña Teresa se manifiesta una mujer agradecida con la vida, con un corazón inmenso donde conserva vivo el recuerdo de su esposo Heberto y de su hija Magdalena.
-EL A, B, C DE SUS VALORES
Para doña Teresa, ¿qué significado tienen las siguientes palabras?
AMISTAD: Para mí es sagrada, tengo amigas de toda la vida, por ejemplo: Dolores Díaz Rivera, Bertha Salinas, Martha Rodríguez de Díaz de León, Martha y Paulina Valdes y Hortensia Iger, entre otras.
AMOR: Cariño y entrega.
ARTE: Me gusta mucho escuchar música y leer.
BELLEZA: Todo lo bonito en la vida.
BIBLIA: Una bella lectura.
COMPROMISO: Me gusta cumplir con mis amistades.
DINERO: El bienestar de una familia.
DIOS: Es todo para mí.
FLORES: Hermosas.
HIJOS: Represantan todo para mí, todo mi amor y cariño. Toda la vida he procurado reunirlos, que siempre haya mucha unión.
HOGAR: Ideal para el amor, el ejemplo y el compañerismo.
LA LAGUNA: Mi ciudad, calor y terregales.
MAMÁ: Mucho amor.
MATRIMONIO: El mío fue una experiencia muy hermosa, pues me permitió formar una familia a la que quiero mucho y me ha correspondido.
MUERTE: Un golpe tremendo; primero sufrí la muerte de mi esposo Heberto y después de mi hija Magdalena, el 27 de septiembre de 2000.
SALUD: Muy importante.