LONDRES (AP) .- Una droga contra la epilepsia promete resultados en el tratamiento del alcoholismo y al parecer tiene unos efectos más potentes que otros fármacos existentes en el mercado con ese fin.
En el primer estudio de la droga antiepiléptica Topamax (topiramate) contra el alcoholismo, los investigadores encontraron que los alcohólicos que recibieron el fármaco tenían seis probabilidades más de dejar de beber alcohol durante un mes que los que recibieron un placebo. Y si bebieron, tuvieron cuatro veces menos inclinación a beber abusivamente, según el informe que aparece en la revista médica británica The Lancet.
"Este descubrimiento es un avance científico importante en el tratamiento del alcoholismo", dijo el doctor Domenic Ciraulo, director de siquiatría de la Universidad de Boston, que no tuvo relación con el estudio.
En la actualidad hay tres fármacos distribuidos en todo el mundo contra el alcoholismo. Uno de ellos, el Antabuse, o disulfiram, hace que el bebedor se enferme cuando bebe.
"El problema con esa droga es que la gente sabe que si quiere beber, lo único que hay que hacer es tirarla. No es un tratamiento. Lo único que hace es castigarte por beber", dijo el doctor Bankole Johnson, director de investigaciones sobre alcoholismo y drogadicción de la Universidad de Texas en San Antonio y el principal investigador del estudio.
Las otras dos drogas, naltrexone y acamprosate, son administradas para evitar las recaídas una vez que los alcohólicos dejan de beber.
"Lo bueno del topiramate es que se puede tomar mientras se sigue bebiendo", dijo Johnson.
En el estudio participaron 103 bebedores empedernidos que fueron examinados por tres meses.
Muchos de ellos probaron ya otros métodos como Alcohólicos Anónimos, medicamentos, sicoterapia y clínicas de rehabilitación. Cuando se inscribieron en el estudio, llevaban por lo menos seis meses en tratamiento y bebían el equivalente de dos botellas de vino diarias.
De ellos, 55 recibieron topiramate, mientras que 48 recibieron un placebo. La dosis de topiramate fue aumentada gradualmente.
Todos los participantes recibieron en forma regular atención sicológica para animarles a que tomaran la droga y dejaran de beber.
Para cuando concluyó el estudio, 13 de 55 en el grupo del topiramate, el 24%, se abstuvo continuamente por un mes. De los que tomaron el placebo lo hicieron dos de 48, el 4%.
"Esto es una asistencia continuada", dijo Johnson.