En la última década la ciudad de Durango ha crecido desordenadamente, y como producto de la mala planeación de su desarrollo se han originado graves problemas de contaminación, señala Juan Carlos Herrera Cárdenas, catedrático de la Escuela de Ciencias Químicas, en su ponencia que presentó en el panel “Desarrollo urbano y recursos naturales: Una visión a futuro”.
En las conclusiones de este trabajo de investigación señala que Durango ha crecido considerablemente, con asentamientos humanos en su mayoría irregulares que no cuentan con servicios públicos indispensables como son drenaje, agua potable y electricidad.
Otra consecuencia de una mala planeación son los problemas de contaminación, que se agravan con la instalación de una planta de Petróleos Mexicanos en la zona urbana, la cual representa un constante riesgo ambiental, asimismo, recientemente se logró reinstalar una planta gasera fuera del perímetro urbano de la ciudad.
Herrera Cárdenas también señaló que la Ciudad Industrial está rodeada de fraccionamientos que de una u otra manera se ven afectados en su calidad de vida.
“Con una adecuada planeación de la regularización y orientación del desarrollo productivo de la región y el aprovechamiento racional y sostenido de los recursos naturales, se logra el equilibrio ecológico, base fundamental para alcanzar el desarrollo sustentable”, indica.
Para el catedrático todo lo anterior se traducirá en una planificación y orientación para llevar a cabo inversiones turísticas y el establecimiento de asentamientos humanos, para la conservación de comunidades vegetales de relevancia en la región.
“El ordenamiento ecológico local trata, comentó, de los asentamientos humanos y es el siguiente nivel de planeación del uso eficiente del suelo y del manejo de sus recursos naturales. En este proceso de planeación intervienen los gobiernos estatal y municipal, y comprende una regionalización ecológica de menor escala que el general en la que se divide el territorio de la entidad o del municipio en áreas con características homogéneas, con la descripción de atributos físicos, biológicos y socioeconómicos”.
En su ponencia establece, entre otros, los beneficios del ordenamiento ecológico local como es la prevención y control de la contaminación ambiental; un adecuado manejo y aprovechamiento de los recursos naturales; la regulación de las actividades productivas; la disminución de riesgos ambientales; llevar a cabo programas de educación ambiental; eficientar el desarrollo urbano y fomentar los parques nacionales y las áreas naturales protegidas.