Luis Maeda Villalobos
Las charcas y aguas estancadas, son un peligro a la salud
Además de los malos olores y la contaminación ambiental que producen, las charcas y aguas estancadas son focos de reproducción bacteriana y de mosquitos, que son trasmisores de enfermedades graves. Las plagas de mosquitos en esta época de lluvias, pueden dar lugar a la presencia de enfermedades principalmente virales como el dengue, el paludismo y la fiebre amarilla con sus picaduras, pues muchos de ellos son hematófagos, es decir, chupadores de sangre. En el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mosquito Aedes aegyptii inyecta el virus del dengue, que puede ocasionar la muerte. Su presencia es, sobre todo, en las regiones rurales, donde el mosquito se reproduce en las charcas y en el agua estancada en llantas usadas y abandonadas y en los pequeños depósitos de agua. El paludismo, enfermedad presente sobre todo en las zonas tropicales con selvas y bosques húmedos, lo ocasiona el virus transmitido por el mosquito Anopheles gambie, vector que deja en su picadura el agente que ocasiona más de un millón de muertes al año, en el mundo. Otros géneros de mosquitos como los Cúlex, junto a los Anopheles, son un problema no resuelto todavía, desde el punto de vista sanitario y existen otras variedades como el Quinquefasciatus que transmite las larvas de nematodos (lombrices) que producen la filariasis linfática, ocasionando la elefantiasis y algunas lesiones genitales, pacientes que quedan incapacitados permanentemente.
Las especies Cúlex y Aedes son capaces de dejar en sus picaduras el virus de la encefalitis y la enfermedad del Nilo, las que además de las incapacidades que producen, pueden ser mortales. De ellas no escapan ni los equinos.
En general, todas las clases de mosquitos se crían en aguas con contaminación orgánica, es decir, en aguas sucias, donde se reproducen fácilmente.
Existe una gran preocupación mundial debido a que con el calentamiento global –de la Tierra- con los trastornos climáticos, se generalizan las plagas de mosquitos transmisores de parásitos y de virus de distintas especies, como se ha explicado, con una tendencia de alimentarse principalmente de sangre de animales mamíferos y humana. Se han hecho estudios del genoma de alguno de ellos, que es el frente de batalla para su control en el mundo, lo que sumado a los conocimientos de su biología, genética y ecología, se puede saber así de la susceptibilidad para su combate, por medio de repelentes, insecticidas y vacunas.
Ya se ha intentado una serie de procedimientos, pero poco se ha avanzado, debido a la baja educación ambiental, al hambre y la pobreza por falta de recursos, sobre todo en los países tercermundistas, con múltiples carencias en sanidad y medicinas. Los métodos físicos como el ultrasonido, han sido ineficaces, como también los molestos repelentes y nuevamente se ha intentado el tratamiento biológico con ataque a las larvas de los mosquitos, a través de bacterias patógenas a dichas larvas e inofensivas para el humano y demás seres vivos. Para el combate a los mosquitos adultos, se siguen utilizando los insecticidas a los cuales reaccionan, produciendo mutaciones y resistencia, sobre todo a los órganoclorados, fosforados y carbamatos, de lo que se deduce que el problema no está resuelto todavía.