Luis Maeda Villalobos
Potencial reproductivo y los recursos naturales
Ha resultado cierta la afirmación que hizo Thomas Maltus en el siglo XIX, al decir que la población mundial crece en proporción explosiva, mientras los alimentos traspasan los límites impuestos por los recursos naturales. Esto quiere decir que la sobrepoblación mundial no es un mito y llegará un momento, en el que los alimentos sean insuficientes para sustentar a las sociedades humanas, todo por falta de razonamiento lógico del hombre quien jamás pensó que el planeta Tierra pudiese soportar tal presión demográfica ilimitada, por falta de planeación. Si ahora contiene entre seis a siete mil millones de habitantes, se calcula que para el año 2025 seremos alrededor de 15 mil millones. Bocas que hay que alimentar obligadamente y entonces, los recursos naturales serán insuficientes como se ha dicho.
Este incontrolado aumento trae consigo más pobreza, con un promedio anual de niños que mueren por desnutrición y por otras enfermedades controlables, en un número de treinta mil al año, en un medio ambiente agredido en todos sus niveles.
Ya se tienen indicios: la deforestación progresiva, que representa en la actualidad la pérdida de las cuatro quintas partes de los bosques; los desiertos crecen, se erosionan los suelos y la salinidad los convierte en improductivos; no cede el efecto de invernadero, con un aumento de la temperatura global que afecta a los ecosistemas, con cambios climáticos y el trastorno de los ciclos hidrológicos; existe ya una reducción de la capa protectora de la vida, el ozono, que es la que frena las radiaciones electromagnéticas del Sol, del rango de las ultravioletas que son letales; para el colmo de los males, en lugar de utilizar energías blancas como la eólica, la de las mareas, la del hidrógeno y la electricidad, se continúa en el mundo, utilizando el carbón mineral, las arcillas o pizarras bituminosas y los hidrocarburos fósiles, derivados del petróleo que dejan residuos y producen gases como el bióxido de carbono (CO2), bióxido de azufre (SO2), derivados nitrogenados (NO y NO2) además del metano y junto con los polvos y humos, forman los gases de invernadero. Todos ellos se acumulan en una capa encima de la troposfera y dan el efecto que está sufriendo la totalidad del planeta, que se conoce por el alza de la temperatura, a semejanza de un invernadero, lo que ocasiona el trastorno de los climas.
Además de afectar la salud y el bienestar de las comunidades humanas en la región, se han tenido que soportar grandes períodos de sequía, con alternancia de tormentas aberrantes por las perturbaciones ciclónicas. Por el uso inadecuado del agua, las reservas subterráneas o acuíferos se agotan y pierde el agua su calidad de potable, recurso que hay que evaluar para saber además, cuánta agua nos queda y por cuánto tiempo. La basura, un problema regional no resuelto a la fecha, se suma a la falta de recuperación de las aguas residuales y se desconoce también la calidad del aire.
El futuro es incierto y debe haber conciencia y ética en los usuarios, porque primero es la vida y luego la manera de ser.