Luis Maeda Villalobos
La basura inclasificada grave agresión al medio ambiente
Nos hemos dado cuenta de que no sólo en Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, los desechos peligrosos se vierten libremente en los llamados rellenos sanitarios. Esto es un hecho sumamente grave en virtud de que los residuos no solamente contienen sustancias en cualquier estado físico, que por sus características son corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables o biológico-infecciosas, sino que representan un peligro para la salud y el equilibrio ecológico.
La Norma Oficial Mexicana 052ECOL94 señala claramente que las fuentes generadoras de tales residuos deben regularse de acuerdo al artículo 150 del capítulo VI de la Ley General de Protección al Medio Ambiente (LEGEPA) en su uso, recolección, almacenamiento, transporte, reuso, reciclaje, tratamiento y disposición final de acuerdo a criterios y listados que clasifiquen los materiales, que por lo que vemos, ninguna autoridad gubernamental de cualquier nivel, se ha preocupado de cumplir con los señalamientos normativos.
Esto significa una agresión de alto riesgo para el medio ambiente, la salud y el bienestar de las comunidades por las consecuencias del vertimiento en los suelos de productos nocivos como son los agroquímicos, plaguicidas, sustancias xenobióticas (producidas sintéticamente en los laboratorios) solventes, anilinas y tintoriales, productos farmacéuticos, anticancerosos, antibióticos caducos, además de productos orgánico-biológicos, como bacterias, virus, parásitos, pólenes, hongos y esporas, que en contacto con la tierra, desencadenan reacciones químicas que muchas veces la naturaleza desconoce para ser eficaz en su neutralización, por lo que no puede transformarlas en inofensivas. El público debe saber que entre ese contenido van también jeringas, agujas hipodérmicas, antisépticos, material de curación, tanto de origen intrahospitalario como doméstico y medicamentos que van directamente al bote de la basura común (doméstica) y de allí se vierten en los basureros a cielo abierto, en los “rellenos” esparciendo por los vientos su contenido. Otra parte forma líquidos que se lixivian (se infiltran al subsuelo) contaminando las aguas del acuífero. Sin control alguno por Ecología Municipal, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y Salubridad, van a esos tiraderos, tanto en Lerdo como en Torreón y Gómez Palacio y al famoso relleno sanitario privado intermunicipal de PASA, en la ciudad de Matamoros Coahuila, sin clasificar y sin tener una bitácora, como es obligatorio en estos casos, para su control. Estamos esperando los resultados de los estudios del agua de los pozos perimetrales al relleno de PASA prometido por Ecología Municipal de Torreón y los análisis también prometidos por la Comisión Nacional del Agua, de las aguas del acuífero y de los pozos abiertos (dos) y abandonados a sólo cien metros del relleno matamorense.
Por lo que vemos, existe poca responsabilidad en la protección del medio ambiente y los laguneros, con el problema de la escasez del agua, la basura, las aguas residuales y el dogal de la invasión del arsénico en el agua, estamos cavando nuestra propia tumba.