Para su décimo primer concierto de la temporada, la Camerata de Coahuila programó exclusivamente obras de los compositores Astor Piazzolla (1921-1992) y Pablo de Sarasate (1944-1908); la orquesta estuvo dirigida en esta ocasión por la maestra Natalia Riazanova.
Piazzolla probablemente fue el más importante virtuoso del Siglo XX del bandoneón, ese bizarro instrumento emparentado con el acordeón que fue inventado en Alemania en 1840. Curiosamente, y a pesar de sus orígenes europeos, el bandoneón se hizo realmente popular en Argentina, Uruguay y Brasil, donde fue adoptado por las orquestas de tango.
En Estados Unidos, Piazzolla estudió con el pianista húngaro Bela Wilda. En 1936 regresó junto con su familia a Argentina, y ese es el momento en que el joven Astor comienza a tocar en orquestas de Tango, convirtiéndose en 1939 en integrante de la orquesta de Aníbal Troilo (Pichuco), quien era uno de los más importantes virtuosos del bandoneón.
Hacia 1941 Piazzolla inicia estudios formales de música con el gran compositor argentino Alberto Ginastera (1916-1983), cuya influencia es particularmente evidente en su Suite para Cuerdas y Arpas (1943).
Aunque no se desliga totalmente del tango, Piazzolla se inclina hacia la música clásica en la década de 1950, estudiando dirección orquestal con Hermann Scherchen (1891-1966) y composición con Nadia Boulanger (1887-1979), quien le comentó después de escuchar su tango Triunfal: “Astor, tus piezas clásicas están bien escritas, pero el verdadero Piazzolla esta aquí, nunca lo abandone”.
Piazolla regresó a partir de ese momento al tango y a su instrumento. En París compone y graba una serie de tangos con orquesta de cuerdas y comienza a tocar el bandoneón de pie, colocando una pierna sobre una silla, lo cual se convertiría en una de sus características (la mayoría de los bandoneonístas lo tocan sentados).
El concierto del viernes abrió con el Tangazo y cerró con las Cuatro Estaciones Porteñas. Ambas obras son un claro ejemplo de la música de Piazzolla, pues en ellas se combinan elementos del tango con jazz y con las formas de la música clásica, y al igual que sucede en los tangos poseen un gran elemento de melancolía.
Entre estas dos obras de Piazzolla se interpretaron dos composiciones de otro gran músico, en este caso del español Pablo Martín Melitón Sarasate y Navascuez, quien nació en Pamplona el diez de marzo de 1844. Sarasate fue uno de los grandes virtuosos del Siglo XIX y a la luz de las grabaciones que realizó en 1908, cuando contaba con sesenta años de edad, debe haber sido un violinista formidable.
Tal vez la obra más popular de Sarasate sean sus Aires Gitanos, los cuales, tal y como su título lo indican toman su inspiración de la música gitana. Su partitura inicia con una lenta y melancólica melodía que es seguida por una parte donde se despliegan toda la pirotecnia del repertorio del violín con un buen número de glissandos, pizzicatos y movimientos rápidos del arco, que si bien pudieron haber sido ejecutados con mayor vitalidad y bravura, fueron adecuadamente abordados por Natalia Zabolotskaia, quien pertenece al grupo de los violines primeros de la orquesta.
A esta obra le siguió la Introducción y Tarantela Op. 43, en la que de nuevo Zabolotskaia asumió el papel de solista. Esta obra data del final de la carrera de Sarasate y al igual que los Aires Gitanos es un verdadero tour de force violinistico.
Cabe mencionar que los músicos de la orquesta bajo la dirección de la maestra Natalia Riazanova asumieron su labor con gran musicalidad y que ejecutaron magníficamente estas obras, por lo que recibieron una calurosa ovación del público.
GLOSARIO MUSICAL
Glissandos: Movimiento de deslice de una nota a otra.
Pizzicato: “Pellizcado”. Técnica en la que se obtienen notas de un instrumento de la familia del violín al pellizcar las cuerdas.