Las malas condiciones en que se encuentran y la falta de mantenimiento en muchas de ellas, hacen que las casas más antiguas del Centro Histórico de la ciudad se vuelvan un peligro para sus ocupantes.
Tanto la administración anterior de Protección Civil como la actual han solicitado a los propietarios de inmuebles que se ubican en el primer cuadro de la ciudad que los atiendan y realicen trabajos de conservación de los mismos, pero muchos no han acatado el llamado.
Aparentemente, el costo elevado y las disposiciones que marca el Instituto Nacional de Antropología e Historia para modificar los domicilios inhíben a los dueños, quienes prefieren dejar que las construcciones se caigan solas y elevar una nueva estructura a su gusto y con otros materiales.
El subdirector de Protección Civil, José Navarrete López Portillo, señaló que todavía se cuenta con varios lugares que pueden tener problemas, principalmente en donde la lluvia y la humedad se acumulan con mayor facilidad.
“La mayoría de las construcciones son de adobe, lo que las hace más frágiles y que con el tiempo sea necesario el mantenimiento”, indicó el subdirector de Protección Civil.
Comentó que el trabajo de vigilancia sigue por parte de Obras Públicas Municipales y de la dependencia a su cargo, que en los últimos meses ha dejado como resultado la detección de puntos de atención para posteriormente plantear las observaciones a los propietarios, quienes han atendido sus indicaciones.
Explicó que en los casos en que se ubicaron riesgos mayores se avisó inmediatamente a los responsables para evitar alguna desgracia o afectación.
Casa a punto de caer.
Un edificio ubicado en el Centro Histórico estuvo a punto de colapsarse la noche del sábado debido a que algunas de las vigas que sostienen el techo del inmueble fueron removidas.
Los elementos de la Dirección Municipal de Seguridad Pública recibieron un llamado de auxilio, aproximadamente a las 18:40 horas, en el cual se reportaba que una casa parecía venirse abajo en la calle Negrete casi esquina con Francisco I. Madero.
Al arribar al lugar, se procedió al cierre de paso en las calles aledañas para impedir daños físicos o materiales, mientras personal de bomberos evaluaba la situación en el interior del domicilio.
En el sitio sólo se encontraba el velador que cuidaba el inmueble, puesto que se realizaban trabajos de modificación, suspendidos temporalmente en ese momento. Aparentemente, al remover algunas vigas que formaban parte de la construcción, debilitaron la fachada que se fracturó y parecía venirse abajo, pero no fue así.