Es una de las paraestatales que el Gobierno Federal contempla desincorporar
SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Cada mes la librería Educal del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México vende entre 950 mil y un millón de pesos, mientras, la del Centro de la Imagen tiene ventas por 30 mil pesos.
Otras como la del Centro Cultural del Bosque, hacen en el mismo período entre 100 y 150 mil pesos, en tanto que la de Tijuana, Baja California, conocida como Las Californias, llega a los 230 mil pesos. En todos los casos, el libro es el producto que más se llevan los consumidores.
Por la información publicada en la prensa, los empleados de las librerías, quienes pertenecen directamente al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), se han enterado de la propuesta fiscal del gobierno de Vicente Fox que contempla la venta de las casi 60 librerías que existen en 29 estados.
Pero la noticia no es sorprendente, porque ante cada cambio de sexenio o de nombre -hoy las librerías se llaman Libros y Arte de Conaculta-, se generaban suspicacias.
¿La privatización es la mejor alternativa? Las opiniones están divididas entre los empleados consultados: Para algunos la venta representaría la pérdida de su empleo, otros creen que sería la mejor alternativa porque habría mayor difusión y menor burocracia.
Educal, según los mismos libreros entrevistados, tiene entre 500 y 600 empleados, aproximadamente. El director actual, Henoc de Santiago, no respondió a la solicitud de una entrevista.
Las librerías de Educal se crearon en 1982, y desde 1990 pasaron a formar parte del Conaculta. Las casi 60 que existen operan básicamente en centros de arte, librerías, museos y espacios culturales.
De esta manera, una de sus funciones ha sido la de difundir los materiales de los espacios adjuntos; por ejemplo, la del Centro de la Imagen vende esencialmente libros de fotografía, y la del Museo de Culturas Populares ofrece libros y artesanías relacionados con ese rubro.
Las ventas en las librerías varían, dicen los jefes de éstas. La razón es que la actividad programada en el recinto donde se encuentran las de mayor o menor flujo de compradores; por ejemplo, en el Centro de la Imagen, septiembre -cuando se realiza Fotoseptiembre- es el mejor momento; en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) lo es noviembre -por la Feria del Libro Infantil y Juvenil-, y en el Centro Cultural del Bosque llegó a ser octubre -cuando se hizo Arte 01 y Arte 02.
Las librerías tienen entre sus tareas, la de comercializar libros editados por el Conaculta, a través de la Dirección General de Publicaciones, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y también los textos del Sistema de Preparatoria Abierta. Cuando en 2001 se les denominó Libros y Arte de Conaculta, también se abrió la venta de obras de otras editoriales.
En la librería del Centro Cultural del Bosque, por ejemplo, el mayor flujo de libros es el de otros editores, no el de las publicaciones de las instituciones del gobierno.
Hacia 2001 también se abrió una convocatoria pública con el fin de abrir más librerías, con afiliados particulares, en una especie de franquicia; sin embargo, no se creó una sola bajo este esquema. Los empleados piensan que la amplia lista de requisitos alejó a los posibles interesados.
Es reciente, además, el concepto de las librerías con nuevos servicios: cafetería, Internet, espacios de lectura. Incluso, la del Centro Cultural del Bosque, hoy en remodelación, tendrá pronto una galería.
En la Ciudad de México hay 19. Las de mayor movimiento son las de Aeropuerto, Bellas Artes y Templo Mayor. Esta última y la Profética de Puebla, son las más grandes en todo el país.
Frente al mito que existe de que en las bodegas de estas editoriales hay cientos de volúmenes de libros, los empleados se ríen y afirman que no es sólo un mito. Educal guarda en sus almacenes más de 500 mil títulos, y la cifra no especifica los volúmenes de cada uno, que a veces pueden ser de 300 ejemplares. ¿Se venderán también los libros?