MONTERREY, México, (Reuters) - Ocho personas fueron halladas muertas el miércoles en el norteño estado mexicano de Nuevo León, en lo que autoridades locales relacionaron con la reciente captura del jefe de un poderoso cártel de la droga en México.
A mediados de marzo, autoridades militares anunciaron la captura del jefe del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas, uno de los hombres en la lista negra de la Dirección de Lucha contra las Drogas de Estados Unidos (DEA).
El cártel es una de las cuatro organizaciones de la droga más importantes del país y opera en Nuevo León y Tamaulipas, al norte del país, en el estado de Veracruz, al sureste, y en Quintana Roo, al sur de México.
Los cuerpos, aún no identificados, fueron encontrados en dos camionetas de reciente modelo con placas del estado de Texas, a unos 40 de kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
Dos de los cadáveres vestían ropas con identificaciones de la policía federal.
"El hecho de que se haya capturado capos (de la droga), de que se haya desestabilizado los cárteles es lo que genera esta violencia entre ellos", dijo a reporteros el gobernador de Nuevo León, Fernando Elizondo.
Tres altos mandos militares, entre ellos, un general, enfrentan un juicio por acusaciones de apoyar las operaciones del cártel del Golfo.
De acuerdo con las primeras investigaciones, la policía del municipio de Anáhuac, ubicado a unos 230 kilómetros al norte de la capital de Nuevo León, Monterrey, encontró los cuerpos de cuatro hombres en una de las camionetas.
Los otros cuatro cadáveres, que tenían un balazo en la cabeza cada uno, fueron hallados a un par de kilómetros de distancia en una segunda camioneta.
"Por la forma en que fueron encontrados, con un orificio de bala en la sien, se presume que fueron ejecutados. Al parecer los mataron en Tamaulipas y los dejaron en Nuevo León", dijo a Reuters vía telefónica el secretario de la policía de Anáhuac, Rubén Rojas.