“Mientras en México se discuten las reformas estructurales, en China ya se hicieron”. Ernesto Zedillo
La economía mexicana está estancada. En cambio la de China lo está haciendo a un ritmo del 8 por ciento anual. ¿A qué se debe esta discrepancia?
Las razones son varias, pero quizá la principal es que China mantiene una política de fomento a la inversión privada mientras que en México le seguimos cerrando las puertas.
En México, por ejemplo, todavía estamos discutiendo si se debe permitir o no la inversión privada en generación de electricidad. En China el tema ya no se discute: simplemente se permite la inversión privada en electricidad. En México, por otra parte, la inversión privada en petróleo o en gasolina no sólo no se está discutiendo sino que sigue siendo un tabú político. Pero en China ya también se ha abierto esta industria a la inversión. Al igual que México, China tenía en el pasado un monopolio gubernamental en electricidad: la Corporación de Electricidad del Estado.
El gobierno chino, sin embargo, ha eliminado este monopolio y ha permitido que distintas empresas generen electricidad: algunas de ellas estatales y otras de capital mixto. La Compañía de Electricidad Yangtzé de China, por ejemplo, realizó este mes la mayor colocación de acciones en la historia corporativa de China con el propósito de reunir fondos para la construcción de la presa de las Tres Gargantas, el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo.
A fines del 2001 fue la empresa Huaneng Power Internacional, Inc. la que colocó acciones en bolsa. Huaneng, de hecho, tiene acciones tanto en la Bolsa de Valores de Nueva York como en la de Hong Kong. Yangtzé y Huaneng siguen estando bajo control del gobierno, pero eso no significa que se impida la participación privada en ellas o en la generación de electricidad.
Algo similar ocurre en la industria petrolera. El gobierno de China sigue manteniendo el control sobre las tres grandes empresas del país: la Corporación Nacional de Petróleo de China (mejor conocida como PetroChina), Sinopec y CNOOC. Las tres compañías, sin embargo, han establecido subsidiarias que han colocado acciones en los mercados de valores de Hong Kong y de Nueva York.
Ante la necesidad de producir combustible suficiente para la economía de mayor crecimiento en el mundo, las tres grandes petroleras chinas están realizando inversiones no sólo en China sino en países extranjeros. Pero eso no es todo.
En el país operan cientos o quizá miles de pequeñas empresas privadas en la extracción de crudo, algunas de las cuales son extranjeras y otras nacionales. A veces el éxito económico de China en los últimos años ha sido presentado como una confirmación de que el viejo sistema comunista no quedó derrotado tras la caída del muro de Berlín en 1989 y del desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991.
Pero la verdad es que, fuera del sistema autoritario político y de las estatuas de Mao Zedong, poco tiene ya de comunista la economía de la China popular.
Las empresas de propiedad gubernamental representan únicamente el 28 por ciento de la producción del país, una cifra que seguramente es inferior a la mexicana una vez que se conjugan las producciones de Pemex, de la Comisión Federal de Electricidad y de nuestras otras paraestatales.
Pero la mayor parte del crecimiento que se ha registrado en China en los últimos años es directamente consecuencia de la expansión de las compañías privadas o de las empresas gubernamentales que tienen participación privada y, por lo tanto, una administración más profesional. De hecho, los viejos monopolios gubernamentales son el mayor lastre para la economía china en este momento.
Me queda muy claro que los mexicanos no tenemos que seguir a ciegas el modelo chino. Muchas cosas hace el gobierno de ese país que son negativas para los propios chinos y para el mundo. Pero mal haríamos en cerrar los ojos a aquellas políticas que están permitiendo que China se haya mantenido durante años en el primer lugar de desarrollo económico en el mundo. En un país como México, en el cual cada vez se ha vuelto más difícil generar empleos, no podemos darnos el lujo de no entender que los chinos están progresando porque están promoviendo la inversión privada en campos en que nosotros la seguimos prohibiendo.
Repatriación
Estados Unidos suspende las “repatriaciones laterales” y los políticos mexicanos presentan la decisión como un triunfo. Pero ¿quiénes pagarán el costo de esta decisión? Los indocumentados que, al ser regresados a cruces fronterizos en zonas desérticas, seguirán arriesgando su vida en los intentos por entrar a Estados Unidos. Pero eso a los políticos mexicanos poco les importa. Correo electrónico:
sergiosarmiento@todito.com