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BUENOS AIRES, ARG.- Una muestra artística en Buenos Aires le rinde homenaje a una de los mayores placeres para millones de personas alrededor del mundo: comer.
Pavos hechos con silicona, cocinas virtuales, fotos y pinturas de alimentos y obras de teatro que consisten en cocinar y comer un plato, son algunas manifestaciones artísticas que pueden encontrarse en la inusual muestra.
“El eje de la muestra tiene que ver con la alimentación, con cómo las artes tocaron siempre ese aspecto y cómo lo tocan hoy, haya o no alimentación”, contó a Reuters Eva Piccolo, curadora general del proyecto.
En una sala de la muestra llamada “Arte al plato”, se exponen antiguos muebles y utensilios de cocina para ilustrar cómo se alimentaban los argentinos a principios del siglo veinte, mientras que películas y cortometrajes relacionados con la comida se proyectan en otros lugares de la exposición.
Pero los pasillos no están menos animados: fotos de carteles publicitarios graciosos (como la del dibujo de un hombre fornido que, a la puerta de una carnicería, ofrece las mejores “carnes”), viejos avisos comerciales radiales y tiras cómicas en los muros divierten a quienes recorren la muestra.
Un grupo artístico exhibe 12 panes que sufren distintas situaciones: estrangulado (hay un pan ahorcado con una soga), acuchillado, encarcelado, aplastado o momificado, entre otras.
Pero también hay actividades relacionadas con el sentido más importante para esta muestra: el gusto.
Pueden encontrarse distintos talleres de degustación y obras teatrales.
Una de esas obras, llamada “Marta y Marta”, trata “sobre una mujer con personalidad desdoblada que habla consigo misma mientras está cocinando un plato, y cuando la obra termina, entre todas las personas se degusta ese plato con una copa de vino”, describió Piccolo.
El hambre y las enfermedades son temas que no podían faltar en la exposición, por lo que en dos salas pueden leerse declaraciones y estadísticas de distintos organismos sobre el derecho a la alimentación y testimonios de adolescentes víctimas de bulimia o anorexia.
Antes de abandonar la muestra, se puede comprobar cómo se siente trabajar en la cocina de un restaurante entrando en una sala ambientada auditiva y visualmente, aunque hay que intentar no inquietarse al oír por los parlantes el constante ir y venir de cocineros y meseros o el ruido de platos rotos.