La danza transita por un periodo de planeación y reubicación
CONACULTA
MÉXICO, D. F.- La danza mexicana se encuentra a la expectativa debido a que transita por un periodo de planeación y ubicación, lo que ha obligado a los coreógrafos a ser más creativos.
En estos términos se expresó Isabel Beteta, directora del Centro Cultural Los Talleres A. C., quien coordinó la selección de las compañías que participaron en el ciclo Dos Danzas Por Un Boleto, organizado bajo los auspicios del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través de la Dirección General de Vinculación Cultural y Ciudadanización, y el Centro Cultural Helénico.
“La danza atraviesa por una época difícil. Los apoyos, inclusive por parte de la prensa, se dan con reticencia. No sé si estamos luchando contra prejuicios, pero la realidad es que la danza contemporánea cuando tiene oportunidad de mostrarse, es del agrado del público, por lo que llama la atención que no reciba más apoyos”.
Explicó que, en el proceso de transformación que vive la danza contemporánea, hay que luchar con el temor que en ocasiones siente el público y que lo lleva a considerar si le va o no a gustar una determinada compañía o un programa en particular.
“Existe un gran desconocimiento sobre esta manifestación artística. Lo cierto es que la gente guarda su distancia, que creo es un mal que padece el arte contemporáneo en general. Estamos en un momento difícil, pero existen las condiciones para decir aquí estamos y vale la pena”.
Otro problema que padece la danza contemporánea son los pocos espacios con los que cuenta para su representación, a pesar de que existen -desde la perspectiva de Beteta- una gran cantidad de compañías que han alcanzado un alto grado de madurez y una elevada calidad estética.
“Es curioso que ahora que hay mayor preparación y experiencia, también existen mayores dificultades para encontrar espacios y obtener pagos mínimos por el trabajo. La danza tiene pocos apoyos; prácticamente en estos momentos sólo del FONCA y la de la Coordinación Nacional de Danza, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA)”.
Beteta lamentó el nulo apoyo de la iniciativa privada para la danza contemporánea: “Existe un vacío para presentar la producción y dependemos en forma casi exclusiva de las instancias gubernamentales”.
Respecto a las becas que otorga el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), dijo estar de acuerdo con el procedimiento con el que se emite la convocatoria: “Los coreógrafos y los intérpretes se toman la molestia de elaborar sus proyectos, que son calificados por un jurado plural, que además es renovado continuamente; la selección se hace de la mejor forma posible, pero aún es insuficiente dada la cantidad de talento que existe en la República Mexicana”.
Explicó que en estos momentos se otorgan becas para la creación y para el desarrollo de los ejecutantes, además de que se destinan recursos para la coproducción, pero hay que fomentar la apertura de espacios donde se puedan presentar las coreografías creadas con apoyo del FONCA, en especial cuando se trata de jóvenes.
“Existe dificultad para conseguir espacios y problemas de comunicación entre la comunidad dancística y el público. Debemos propiciar un público curioso, porque existe uno generoso, que cuando ve alguna función de danza contemporánea le gusta y descubre que no se trata de nada intelectualoide y que por el contrario le agrada”.
Sin embargo, aclaró Beteta, hay poca curiosidad por asistir a los espectáculos, sobre todo cuando se trata de pagar un boleto, no así cuando las presentaciones son populares y por lo mismo gratuitas.
“Me gustaría, quizás a mediados del presente año, realizar un encuentro para analizar qué está pasando con el público; por qué la gente no va al teatro o a la danza aún cuando no son caros; por qué quieren todo regalado; qué determina la calidad de un espectáculo y cómo incide en el público, y el papel de los medios para ayudar a la promoción y difusión”.
Isabel Beteta concluyó que la danza contemporánea está viviendo en medio de muchos problemas, pero exteriorizó su confianza de que a corto plazo, a través de un trabajo coordinado entre las instancias oficiales y los creadores, se consolidará este arte como uno de los más representativos del quehacer cultural de México.
Gran éxito de Dos Danzas por un Boleto
Con un fragmento de su más reciente estreno Mientras Llueva, el grupo michoacano A–Quo Danza Contemporánea que dirigen Lourdes Luna y Bernardo Torres, acudió a su cita para abrir en el Teatro Helénico, la primera función del ciclo Dos Danzas por un Boleto.
Metáforas de vida convertidas en movimiento, Mientras Llueva se nutre de las sensaciones originadas cuando la lluvia no da tregua. Hiladas con un lenguaje reconocido por su habilidad para crear frases de movimientos y ensamblarlas con rigor, acentuando el detalle y la teatralidad.
El ciclo continuó con la presentación de los regiomontanos Arte Móvil Danza Clan, que con más de trece años de trayectoria y un lenguaje basado en el impresionismo, ofreció sus trabajos Cinco Piezas para el Clan, String Line y 123 cm3.
También se presentaron los capitalinos Proyecto Finisterra Teatro Físico, con la coreografía de Isabel Romero y Harif Ovalle, El Huevo. Este grupo conformado en 1999, explora al máximo las propuestas de movimiento de sus integrantes, asumiendo el reto de conjuntarlas en un todo armónico.
El ciclo finalizó el pasado domingo 19 de enero, con la presentación de la Compañía de Danza Contemporánea de Mérida, que presentó Danzas en el Carpacho del Armadi-yo. Obra de Ericka Torres, en esta danza se recrean pájaros, hombres y mujeres que surgen del interior de un personaje. Baile con mil mundos en su interior, esta coreografía surgió de la exploración del movimiento y las posibilidades sonoras del cuerpo.