Es una de las bebidas más conocidas e ingeridas del mundo, y es un mercado que mueve grandes cantidades de dinero.
Muchas personas reconocen estar enganchadas literalmente al café, sobre todo, al café como bebida matutina para despertarse y rendir en el trabajo o los estudios. Así pues para una gran parte de la población occidental, se hace imprescindible en algún momento de su vida. Pero lamentablemente, el café no es tan saludable como pudiéramos pensar.
Básicamente es una bebida tóxica que gira en torno a dos ejes:
a) Produce adicción: está completamente demostrado que el café tiene los mismos efectos que la droga en este sentido. Es decir, crea adicción, y además produce tolerancia, lo que indica que el que la ingiere con frecuencia para "aprovechar sus supuestos beneficios", necesitará cada vez más cantidad para sentir los efectos.
Por supuesto, cuando se deja de tomar la dosis que se ingería, se despliega un sinfín de síntomas relacionados con el síndrome de abstinencia.
b) Engaña al cerebro: existe la creencia errónea de que como es una bebida estimulante, nos ayuda a despejarnos o "despertar". Especialmente por las mañanas para ir a trabajar y en el caso de los estudiantes, para soportar días enteros sin dormir mientras estudian para un examen.
Sin embargo, esto no es cierto. El café engaña al cerebro haciéndole creer que no hay fatiga, pero no la hace desaparecer, sino más bien todo lo contrario. Pues cuando se disipan los efectos, el sistema nervioso está todavía mucho peor.
Además, por otro lado, el rendimiento cerebral disminuye, pues reduce la cantidad de glucosa que llega al cerebro y por lo tanto hace que seamos más "lentos". Esto significa que realmente empeora nuestras capacidades para el trabajo y el estudio.
En cuanto a posibles enfermedades relacionadas con la toma de café, están demostradas el infarto, arritmias, bultos en las mamas, osteoporosis, alteraciones en el rendimiento intelectual, hipertensión y acidez de estómago.