La industria y la agricultura de la India están pendientes de las negociaciones comerciales multilaterales que se lanzaron a fines del año antepasado en Doha. La actividad rural es la que predomina en este país de más de mil millones de habitantes y de ella depende la subsistencia económica y su tranquilidad política.
Las negociaciones comerciales previstas después de la Ronda Uruguay han tenido que superar las turbulentas protestas de las organizaciones cívicas que lograron que se suspendiera la reunión de Seattle hace cuatro años.
El lanzamiento de la nueva rueda de negociaciones se logró por fin en la reunión ministerial de Doha celebrada en septiembre del 2001. Ello no impidió, sin embargo, que afloraran divergencias profundas entre los países en desarrollo y los industrializados. Antes de proseguir con una nueva serie de rebajas arancelarias a estos últimos se les exigió cumplir los compromisos que habían contraído en la Rueda Uruguay.
De no encontrarse una respuesta clara a las demandas de los países en desarrollo, la próxima reunión ministerial en Cancún corre el peligro de regresar al ambiente de desconfianza mutua entre los países ricos y pobres.
Asunto particularmente destacado es la cuestión de los multimillonarios subsidios al agro que otorgan los Estados Unidos y la Unión Europea que, vinculados a los apoyos que dan a las exportaciones del campo, dejan a los productos agrícolas de los países más pobres sin posibilidades de competir.
En estos temas la India se mostró firme en Doha. Marusoli Marán, a la sazón Ministro de Comercio de la India, jugó un importante papel para evitar que los puntos de vista de los países industrializados prevalecieran. Asimismo, hubo resistencia a mezclar asuntos laborales y normas ecológicas en el marco de las nuevas negociaciones.
Las más recientes declaraciones del nuevo Ministro de Comercio de la India, Arun Jaitley, después de asistir a la reciente reunión informal de ministros en Tokio, señalan su intención de mantener una posición firme en las próximas negociaciones.
Se puede esperar que la India también insista en el cumplimiento de compromisos pendientes por parte de los países desarrollados. Aquí se prevén serias discrepancias con Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
La India ha endurecido su actitud al no haberse logrado ningún consenso en la reunión “Ministerial” en Tokio sobre subsidios agrícolas, precios de garantía, propiedad intelectual, salud pública y un trato preferencial para los países menos desarrollados. En materia de salud pública, la posición de la India fue apoyada por la Unión Europea y por varios países en desarrollo incluyendo Brasil.
En Delhi se considera que el mayor obstáculo a un arreglo radica en la negativa norteamericana y europea de reducir los subsidios y los apoyos a la exportación para sus productos agrícolas que se estiman en al menos 500 mil millones de dólares. Aunque los norteamericanos afirmen que no pasan de 19 mil millones y los europeos admitan que ascienden a 57 mil millones.
En Tokio los norteamericanos se negaron tanto a reducir los subsidios como a abrir sus mercados agrícolas. De igual manera, Japón no quiere reducir las altas tarifas que aplica a los productos agrícolas de importación. Por su parte, los países en desarrollo de África y América Latina, al lado de la India, exigieron sin éxito, acciones concretas a los países industrializados.
Arun Jaitley expresó que “los países desarrollados tendrán que bajar sus subsidios para que a nuestra vez, podamos calibrar nuestras propias concesiones tarifarias”. Insiste, pues, en la línea dura que encabezó su antecesor Marusoli Marán.
Jaitley tiene el compromiso político frente a la opinión pública de su país de defender el principio de autosuficiencia y nacionalismo, ha afirmado que los países desarrollados tienen la oportunidad de ganar la confianza de los países en desarrollo, o bien, bloquear la utilidad de las negociaciones.
La próxima reunión Ministerial se celebrará en septiembre de este año en Cancún. Como anfitrión, México estará en posibilidad de combinar su responsabilidad de defender los intereses de los países en desarrollo y a la vez mediar entre las posiciones más radicales de los dos campos opuestos.
Por lo pronto, en la visita a la India en mayo del año pasado, el entonces Secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, ahora Secretario de Relaciones Exteriores, resaltó las coincidencias indias con la posición mexicana. Las dos naciones emplearán toda su influencia para que las negociaciones aporten beneficios tangibles y no nuevas frustraciones.
Nueva Delhi
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