Reformas al artículo 27 liquidaron la capacidad de producción de los campesinos.
San Pedro, Coah.- Hay una bancarrota en el campo mexicano. Las políticas seguidas de corrupción y abandono, después la apertura económica llevada al cabo en el Tratado de Libre Comercio y finalmente la reforma al 27 Constitucional, vino a liquidar todo aquello que significaba la capacidad de producción de los campesinos mexicanos, declaró el exdiputado Graco Ramírez, durante su visita a La Laguna.
El también ex coordinador de la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas por la Presidencia de la República, puso como ejemplo notable la pobreza que se vive en el campo lagunero.
“Los viejos son los que están al frente de las parcelas en sus ejidos, mientras sus hijos están en el otro lado. Tenemos que plantearnos necesariamente la posibilidad de la revisión del Tratado (TLC) y la revisión de todo esto que significa recuperar la capacidad productiva del campo”.
Hay que recordar, destacó, que la base estructural de la economía es el campo, es la base primaria de toda economía. “Si ésta no funciona, estamos en una estación muy complicada para poder tener una economía sana”.
La gente del campo no tiene alternativa de una posibilidad laboral ni una expectativa de producción exitosa en el campo. “El campo ha dejado de ser un negocio para los productores y esto es lamentable porque si reconocemos el avance histórico de La Laguna, se debe al esfuerzo productivo de los campesinos”.
El auge algodonero, recordó, se debió también al esfuerzo y capacidad de trabajo y producción de los campesinos de la región. “Creo que hay momentos claros en los que se ha demostrado que hay capacidad para poder producir y ser eficientes, lo que ha ocurrido es el abandono y las políticas contrarias al interés de los productores del campo, por eso estamos en las circunstancias actuales”.
Desde el punto de vista financiero y de las posibilidades de la comercialización, advierte, el país está frente a una tendencia monopólica evidentemente, con toda la intermediación y el financiamiento que está en manos privadas, lleva finalmente a una situación donde el campesino se convierte en un peón con tierra, como se está dando en la Región Lagunera.
Nada que celebrar
Creo que no tenemos nada que celebrar con el Reparto Agrario, ya que las condiciones han cambiado totalmente a la fecha, consideró Francisco González Mata, dirigente campesino del municipio de San Pedro, Coahuila.
“Las condiciones actuales son muy adversas para los miles de ejidatarios, sin financiamiento, hay desánimo entre los productores por la concentración de tierras y agua en unas cuantas manos”.
Lo que habría que celebrar ahora en todo caso, dijo, es la privatización del ejido, por eso no creo que haya nada que celebrar en cuanto al reparto agrario, “y hay que decirlo, porque no nos chupamos el dedo. Los ejidatarios cada vez son más pobres”.