Hoy asume la Secretaría de Relaciones Exteriores quien fue titular de la de Economía, Luis Ernesto Derbez. Aunque carece del brillo académico de su antecesor, sus credenciales en la materia no son desdeñables: estudió economía en la Universidad de San Luis Potosí (estado en que nació, en 1947), se posgraduó en las universidades estatales de Oregon y Iowa, ha sido profesor visitante en la de John Hopkins, ha sido profesor en el Tecnológico de Monterrey y fue vicerrector de la Universidad de Las Américas en Cholula.
Obtuvo su principal experiencia profesional en la burocracia financiera internacional, como funcionario del Banco Mundial. Desde su sede en Washington, cumplió misiones en Chile, India, Nepal, Bután y en países de África y Centroamérica. Asesoró al gobierno de Óscar Arias en Costa Rica. Y, desde 1997, a Vicente Fox. Su antiguo alumno en el ITESM, Eduardo Sojo, lo acercó al entonces gobernador de Guanajuato y con discreción y eficacia fue ganándose un lugar en el equipo de quien a partir de entonces se había propuesto echar al PRI de Los Pinos.
De dos maneras trabajó Derbez para Fox. Por un lado, en la formulación de una propuesta presidencial en materia económica, que se no se pareciera pero tampoco fuera demasiado diferente de la política priista vigente. Pero, más en la tierra, Derbez organizó, junto a su esposa Rosa María Aranda, el Instituto de Financiamiento Internacional, una asociación civil que figura en el expediente del aportaciones irregulares a la precampaña y la campaña de Fox. Miguel Hakim, miembro también de esa asociación, manejó recursos procedentes de Bélgica en la sucursal poblana de ese Instituto. Hakim había sido profesor en la Universidad de las Américas cuando Derbez fue vicerrector. Ahora volverán a encontrarse, pues Hakim es el subsecretario de Asuntos Económicos en la cancillería cuya titularidad asume hoy el ex secretario de Economía.
Derbez fue, con Sojo, responsable de los temas financieros y económicos en el equipo de relevo. Se supuso desde entonces, por eso, que ocuparían cargos en el futuro gobierno. Aunque Fox había explicado a quienes pidió recibir las oficinas y la documentación del gobierno saliente que esa tarea no implicaba el compromiso de designarlos para la función respectiva, casi todos se forjaron expectativas, Derbez entre ellos. Imaginó que sería secretario de Hacienda, posibilidad reforzada porque en septiembre del 2000 se le comisionó para asistir a las reuniones del FMI y el Banco Mundial en Praga, a que acuden los ministros de finanzas. Todavía en noviembre seguía, probablemente, en esa creencia porque se permitió un chiste al modo de los que hace su sobrino, el comediante Eugenio Derbez. Al notificar ese parentesco a un grupo de empresarios, Derbez explicó que, sin embargo, no los haría reír sino que iba a estar encargado de hacerlos llorar.
Pero Fox encargó la tarea lacrimógena a Francisco Gil, con quien Derbez ha mantenido distancia, agravada por la disputa por el control de la banca de desarrollo. El que Hacienda lo mantenga entre sus tareas hizo disminuir hasta casi anularla, la eficacia de uno de los principales proyectos de Derbez, el programa de microcréditos y de apoyo financiero a la pequeña y mediana empresa. Tampoco llegó a concretar una política industrial como la que es precisa, si bien los índices de producción manufacturera no han resentido esa deficiencia. Quizá por eso Derbez consiguió calificación aprobatoria de los dirigentes empresariales. El Grupo Reforma realizó entre noviembre y diciembre pasado una encuesta entre presidentes y directores de cámaras y asociaciones empresariales y de bancos, casas de bolsa, agencias de consultoría y grandes empresas, sobre el desempeño del gabinete y Derbez obtuvo 6.3 puntos, medio más que Castañeda.
Seguramente cuenta también con la aprobación del Partido Acción Nacional, ante el cual Derbez ha sido sensible. No era militante de ese partido sino hasta su ingreso al gabinete, pero había invitado a trabajar en su secretaría (o admitió con tersura designaciones hechas desde arriba) a panistas relevantes. El más importante en esa perspectiva es el subsecretario de Normatividad Juan Antonio García Villa, que ha sido diputado y senador y secretario general de su partido, así como candidato al gobierno de Coahuila. También fue diputado panista el subsecretario para la Pequeña y Mediana Empresa, Juan Bueno Torio. Y a su misma legislatura federal, la anterior, perteneció Carlos Arce el guanajuatense, foxista de la primera hora, que preside la Comisión Federal de Mejora Regulatoria.
Aunque el presidente Fox no lo encomió el viernes pasado, como lo hizo con Castañeda, es obvio que su nombramiento implica por un lado una confianza redoblada, una solidaridad inequívoca ante el riesgo de que se le involucre en la investigación sobre el dinero de Los Amigos de Fox y la señal de que la política exterior pondrá el acento en la economía y menos en la configuración de una nueva identidad mexicana ante el mundo, que fue el propósito del ex canciller. En tal sentido Derbez continuará desempeñando el papel de interlocutor con gobiernos y organismos multilaterales en materia financiera y económica. Pero a diferencia de Castañeda, que la perdió en el camino, mantiene una visión crítica del Tratado de Libre Comercio para América del Norte. Conoce sus ventajas pero su labor padeció las iniquidades de ese pacto. Esa experiencia debe reflejarse en el conjunto de sus tareas.