EL SIGLO DE TORREÓN
Suspenden clases en la primaria Rocío Villarreal.
TORREÓN, COAH.- Las ráfagas de viento además de levantar el polvo de las calles sin pavimentar, sacuden los cuartos construidos de cartón y madera que sirven como salones de la primaria de la colonia Rocío Villarreal.
Ni la madera ni el cartón fueron suficientes para proteger a los alumnos del viento y el frío, por eso se suspendieron las clases. Una de las maestras de la escuela viajó a Saltillo para solicitar una vez más el apoyo del Gobierno del Estado y así poder construir unos salones de concreto.
Alejandra Delgado Delgadillo vive en la colonia Rocío Villarreal. El ciclo escolar pasado inscribió a sus hijos en la escuela del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), pero este año decidió enviar a los niños a otra primaria.
“Mis hijos sufrían mucho por estar en esa escuela, el frío les calaba y cuando hace aire está peor, por eso ya no quise meterlos ahí, también porque cuando llovía terminaban las clases todos mojados y luego se enfermaban”.
Según Alejandra son los mismos padres de familia quienes cada temporada de lluvias reconstruyen los salones. Un poco de cartón y madera son suficientes para albergar a los alumnos de preescolar y primaria.
La escuela lleva más de tres años funcionando, sin embargo hasta la fecha los vecinos no han logrado obtener la ayuda ni de las autoridades estatales ni municipales para construir una escuela digna, pues alegan que los terrenos donde se encuentra ubicada son irregulares.
“Mis hijos ya no soportaron estar en esa escuela y por eso los cambié, hoy (ayer) los niños de la colonia no tuvieron clases porque el aire se cuela por los agujeros y además porque está muy frío el día, yo creo que regresan hasta que consigan más hule y cartón”.
Cada vez que llueve o hace frío los alumnos dejan de acudir a clases porque no soportan las inclemen-cias del tiempo. “Ojalá y que alguien los ayudara porque la verdad sufren mucho al estudiar en esas condiciones”.
Leticia Cruz, quien vive a un costado de la escuela, señala que una de las maestras viajó a Saltillo para tratar de conseguir el apoyo de las autoridades. “Le está echando muchas ganas porque quiere que los niños estudien en mejores condiciones, tal vez esta vez sí consiga algo”.
Y mientras los perros husmean entre las bolsas de basura que las amas de casa dejaron a mitad de calle, el frío y el aire son cada vez más intensos. Las láminas de la escuela se sacuden con las tolvaneras, por eso los niños no podrán regresar a clases.