Nueva York, (EFE).- Un avión Concorde de British Airways salió del aeropuerto JFK de Nueva York, pero no por aire, como era habitual, sino por mar, con destino al Museo del Mar, Aire y Espacio de Manhattan, donde quedará ubicado para su exhibición.
Sin el ensordecedor ruido que provocaban sus motores supersónicos, el Concorde se alejó lentamente de las pistas de aterrizaje embarcado en una nave de 80 metros de eslora, la misma que transportó hasta Florida el cohete Saturno V antes de su viaje a la Luna.
A lo largo del día, el barco atravesó la Bahía Gravesend de Brooklyn, cruzó el puente Verrazano-Narrows, pasó por delante de la Estatua de la Libertad y se adentró en el caudaloso río Hudson con destino al museo, que está construido alrededor del portaaviones Interpid, hasta ahora la estrella del centro.
La compañía británica ha donado sus siete aviones supersónicos a museos y aeropuertos, renunciando definitivamente a conservar alguno de los aparatos en funcionamiento.
Por su parte, Air France cedió sus cinco Concorde a diferentes museos de Estados Unidos, Francia y Alemania.
El pasado 24 de octubre el mítico avión Concorde, el único aparato supersónico de transporte civil del mundo, voló por última vez entre Nueva York y Londres, y cerró así más de tres décadas de servicio en la historia aeronáutica.
Air France y British Airways fueron las únicas aerolíneas que tuvieron este modelo y decidieron, junto con el fabricante Airbus, que los doce Concorde existentes (cinco franceses y siete británicos) aterrizaran definitivamente.
La caída de la demanda y sus altos costes de mantenimiento, a pesar de tener autorización para operar hasta 2009, fueron las razones para dejarlo en tierra.
Pero el Concorde fue rentable hasta julio de 2000, cuando sufrió su único accidente mortal: sucedió el 25 de julio de ese año cerca de París, aunque en su final también ha influido el miedo a volar tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y la mala situación económica mundial.
Terminaron así 27 años de vuelos supersónicos de las líneas París-Nueva York y Londres-Nueva York, con algunos incidentes técnicos y ensombrecidos por el accidente de hace tres años.