Oviedo (España)(EFE).- El profesor de Psicología de la Salud de la Universidad de Oviedo, Isaac Amigo sostiene que, a largo plazo, las dietas restrictivas e hipocalóricas resultan "más nocivas para la salud y los índices de mortalidad del conjunto de la sociedad que la propia obesidad".
Amigo combate la creencia "tan firmemente establecida de que las dietas son un ejercicio de salud", y asegura que "si una persona entra en esa carrera de hacer dietas sucesivas y cíclicas se va a encontrar con que no sólo recupera lo que perdió, sino que al final tiene un peso muy superior al que tendría si hubiera mantenido una alimentación adecuada, regular y sin altibajos a lo largo de su vida".
Se trata de "la delgadez imposible porque se pierden kilos muy rápidamente, pero el organismo los recupera a la misma velocidad que los perdió, e incluso algo más de lo que perdió", asegura Amigo.
Los expertos han denominado a este fenómeno el "efecto yo-yo" de las dietas, una paradoja que sin embargo, según Amigo, "tiene su explicación en el proceso de selección natural de la especie humana". "El metabolismo tiende a ralentizarse en periodos de escasez de alimentos para garantizar la supervivencia", un mecanismo que se activa de forma automática en el cuerpo también cuando se hacen dietas restrictivas de alimentos y bajas en calorías con el fin de "aprovechar mejor lo que se come". Pero esta adaptación repercute negativamente cuando la persona vuelve a alimentarse con normalidad y se traduce en la mayoría de las personas en una subida inicial "disparada" del peso que, al estabilizarse posteriormente, lo hace por encima de los niveles iniciales.
Amigo asegura que la enfermedad de la anorexia no es una consecuencia "directa" de las dietas aunque sí se da una relación, en la que el inicio de la restricción alimenticia se transforma en ocasiones en el "detonante" del trastorno o en "la gota que colma el vaso".
"El que al final se desarrolle la anorexia está en función de una serie de variables familiares, personales e incluso sociales", explicó el profesor de Psicología, "y suele darse en clases medias o medias altas, lo que está muy relacionado con el hecho de que en este tipo de contexto familiar las jóvenes se han educado en el autocontrol y autodominio que sus padres han inculcado en ellas con objeto de que lleguen a alcanzar metas muy altas".
Según Amigo, el culto a la delgadez radica en una sociedad en la que por sus hábitos alimenticios, el sedentarismo y otras costumbres, "lo más difícil es mantenerse delgado y por eso, como es un valor muy escaso, todo el mundo quiere adelgazar". Frente al mal uso de las dietas, "que deberían estar restringidas a la prescripción médica", el autor de "El Precio Biológico de la Salud" propone como alternativa más saludable la práctica del ejercicio físico moderado a diario y una alimentación variada, rica en verduras, legumbres, frutas y hortalizas.