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La psicóloga Samantha Santini, y la geriatra María Guadalupe Juárez, dijeron que la población no anciana tiene la idea que con el envejecimiento concluye la vida sexual de las personas, sin saber que existen otras formas de interrelación.
Al participar en la Cuarta Jornada por los Derechos de las Personas Adultas Mayores, las especialistas del Centro Gerontológico "Arturo Mundet", destacaron la necesidad de un cambio en la cultura del envejecimiento y una reeducación de la juventud en el aspecto sexual de la tercera edad.
Coincidieron en que la mayoría de los trastornos físicos y psicológicos que impiden una vida sexual plena para los adultos mayores pueden solucionarse, siempre que exista la disposición de ellos, aunado al apoyo de la familia.
Normalmente los factores que inhiben una vida sexual plena entre personas de la tercera edad van desde aspectos emocionales, falta de privacidad, hasta lo físico como es entre hombres mayores la disfunción eréctil o dolor al momento del coito.
Esta, dijeron, puede provocar entre los adultos mayores la idea de que no pueden satisfacer a sus parejas y a ellos mismos, lo que conlleva a la depresión, autoagresión, baja tolerancia, irritabilidad, transtornos del sueño o hasta ideas de suicidio.
Por ello, las especialistas recomendaron que al momento de detectar cualquiera de estas conductas se acuda de inmediato a un experto médico y psicólogo, que en cada caso requiere de una atención individualizada a partir de medicamentos o de terapias.
Durante las terepias, explicó Santini Ramírez se enseña a los adultos a conocer nuevas formas de manifestar su sexualidad como el cortejo, la estimulación, el jugueteo e incluso la utilización de objetos sexuales que contribuyan a generar placer.
Sin embargo, ambas coincidieron en que para cualquier tratamiento, el apoyo de la familia es fundamental, ya que en su seno es donde en muchas ocasiones se genera los problemas para que un adulto mayor pueda llevar una vida sexual plena.