Está a punto de iniciar el Torneo Apertura 2003 y esto ha generado expectación y esperanza en la afición mexicana, motivada quizá por el ayuno obligado en estas prolongadas vacaciones. El público espera anhelante el comienzo de una temporada que promete emociones, caras nuevas, técnicos debutantes y la posibilidad de encuentros espectaculares.
Los equipos se han reforzado buscando, en el mercado mexicano y extranjero, lo mejor dentro de sus posibilidades. Esto, obviamente, en pos del campeonato, sin embargo, hay un aspecto que es fundamental para el buen desarrollo del torneo, y este es el arbitraje.
Para la temporada que comienza el futuro no parece promisorio, pues la plantilla de los hombres de negro no ha sido renovada; parece un contrasentido que mientras los equipos buscan reforzar la plantilla para hacer cada vez más competitivo, el grupo de jueces envejece, se anquilosa y no presenta novedades importantes.
Esto tiene dos vertientes: por un lado es evidente una crisis de vocación en la cual, como los seminaristas, cada vez menos gente desea abrazar la profesión de árbitro, y por otro lado, la H. Comisión de Árbitros impide el paso de prospectos interesantes pues le importa más tener en la plantilla de Primera División a aquellos jueces que les deben el favor de ser considerados para dirigir en el máximo circuito.
El talento arbitral está presente en toda la República Mexicana, y es el Sector Aficionado de la Federación donde mayor número de silbantes promisorios encontramos, pero resulta que a nadie le interesa ir a buscarlos, sobre todo en los lugares más apartados de la Capital pues cuesta dinero y esfuerzo. El
"llano", como se conoce coloquialmente al futbol amateur, ha sido nutriente importante de las filas arbitrales en nuestro balompié, aunque a últimas fechas la dirigencia prefiere la presencia física antes que la capacidad.
Pero bueno, lo cierto es que al margen de la problemática que implica tener cada día menos árbitros, este campeonato tendrá un grupo seriamente limitado de jueces que asumirá la responsabilidad de llevar a buen puerto los partidos. Para que usted se dé una idea, amable lector, del tamaño de la crisis de talento que vive nuestro arbitraje, debo decirle que ni siquiera los diez partidos semanales de la Primera División Nacional se encuentran debidamente cubiertos, pues solamente siete silbantes poseen gafete de FIFA y por ende la jerarquía para hacer trabajos de alta calidad.
El Top Ten de nuestro arbitraje lo detallo a continuación, poniéndolo, desde luego, a su consideración:
1.- Marco Antonio Rodríguez.- Indiscutiblemente el mejor árbitro de la temporada pasada. Impresionantes facultades físicas y aplicación reglamentaria sin concesiones le han ganado el respeto de la comunidad futbolística. El peligro es que la Comisión de Arbitraje le pretenda cambiar el estilo.
2.- José Abramo Lira.- El silbante con más personalidad en el ámbito y con mayor proyección a futuro; si domina su carácter puede convertirse en un árbitro de época.
3.- Felipe Ramos Rizo.- El mundialista ha venido a menos en su actuación y ahora enfrenta la absurda enemistad de un presidente agobiado por el delirio de persecución; es probable que tenga la temporada con menos designaciones de su carrera.
4.- Gilberto Alcalá Pineda.- Poseedor de facultades innatas para el ejercicio arbitral y con la aceptación de casi todos los jugadores ha preferido refugiarse en la comodidad. Si cambia, que no lo creo, puede convertirse en un serio aspirante para asistir a los Juegos Olímpicos.
5.- Armando Archundia Téllez.- La carencia de novatos promisorios le permite a este juez, que ha encontrado su sitio en la más absoluta mediocridad, seguir apareciendo como figura estelar. Localista, cobarde y ramplón, su forma de arbitrar es la ideal para ser manipulada por sus dirigentes.
6.- Germán Arredondo.- Inexplicablemente tiene gafete de FIFA. Sus trabajos la temporada pasada fueron de pena ajena.
7.- Manuel Glower.- Promisorio silbante veracruzano, a quien si dejan crecer puede convertirse en el adalid arbitral de la provincia mexicana.
8.- Sergio Silva.- Arrancó de maravilla y parece conformarse con la medianía que dan las designaciones frecuentes y el dinero fácil; por su bien ojalá no se maleé.
9.- Francisco Caspeta.- Joven morelense con excelentes condiciones; en sus siete partidos del torneo anterior se notó reacio a sacar la tarjeta roja, a lo mejor es un síntoma de su carácter.
10.- Jorge Gasso Flores.- ¡¡¡Uffff!!!
Queda de manifiesto la cojera del grupo arbitral mexicano. ¡Larga vida a Codesal!