Ayer fue un día en el que se rompió lo cotidiano en la Presidencia Municipal de Torreón, para dar paso a lo inaudito.
Primero eran poco más de 20 mujeres, luego 30... 40 y así estuvieron llegando más a la explanada de la presidencia hasta que se completó casi la centena, incluyendo algunos homosexuales. Al llegar su representante, Olga Ramos, fue abordada por los reporteros y lanzó tajante su amenaza: “Si no nos hacen caso los de la Presidencia, nos vamos a encuerar, ya les habíamos dicho”.
Y así fue, como no eran atendidas ya en la sala de cabildos, a donde entraron en tropel, una de las manifestantes, un poco pasada de peso, se levantó de su asiento, se descalzó y tras subirse la falda hasta la cintura, trepó a la mesa, donde se puso a bailar precisamente en el lugar destinado para la elaboración y aprobación de reglamentos que normen las conductas y relaciones de los ciudadanos, ante los aplausos, gritos y miradas atónitas de los presentes, incluyendo algunos niños que las mismas mujeres llevaron.
Ya bien animada, la mujer salió de la sala de cabildos, se dirigió hacia los cubículos de los regidores y frente a éstos y sus secretarias, también se levantó la falda, apoyada por los gritos y aplausos de sus compañeras.
Al percatarse que su tibieza y tardanza había dado pie a todo el desorden y por temor a que otras mujeres siguieran el ejemplo de su compañera, los funcionarios salieron de sus oficinas y se reunieron con las manifestantes, lo que dio por terminado con el show.