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El gabinete/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“El gabinete no propone: decide”.

Clement Attlee

Una de las promesas que hizo Vicente Fox cuando era presidente electo fue que buscaría la colaboración de los mejores hombres y mujeres en su equipo de trabajo. No sólo se abstendría de llenar las oficinas gubernamentales con personas cuyo único mérito fuese ser panistas sino que recurriría a los servicios de empresas profesionales de reclutamiento para encontrar a talentos que él no conociera directamente.

Cuando llegó la hora de las decisiones, sin embargo, sólo cumplió la promesa de no llenar el gabinete de panistas. Entregó unos cuantos puestos clave a especialistas: Hacienda a Francisco Gil Díaz, Comunicaciones a Pedro Cerisola y Educación a Reyes Tamez (uno podrá estar de acuerdo o no con sus políticas pero nadie puede cuestionar su experiencia). Pero buena parte de los demás se llenaron con personas con poca o ninguna experiencia en su tema de responsabilidad.

Los pocos cambios que ha habido en el gabinete del presidente Fox hasta ahora muestran no sólo que no hay voluntad de cambiar esta situación sino que hay incluso la intención de profundizarla. Rodolfo Elizondo podrá ser un gran tipo, pero no se le ve la experiencia para manejar la Secretaría de Turismo (su participación en la comisión de turismo de la Cámara de Diputados no hace sino llenar el expediente). Luis Ernesto Derbez podrá ser un hombre inteligente y con sapiencia en temas económicos, pero no tiene experiencia en asuntos diplomáticos. Luis Felipe Calderón podrá ser respetado como político, pero no se le ve la experiencia técnica para dirigir Banobras.

¿Y qué hay de nuevo en todo ello? ¿No es esto acaso lo que han hecho durante décadas los presidentes priistas? ¿No han utilizado los cargos públicos para premiar la lealtad de sus colaboradores o para lograr alianzas políticas? Sí, es verdad. Bien podemos decir que el presidente Vicente Fox no hace más que seguir la práctica que durante décadas mantuvieron los presidentes priistas. Pero ahí precisamente se encuentra el pecado: Fox, después de todo, debía representar un cambio en la administración pública.

Me queda claro que en determinadas circunstancias una persona sin experiencia —y sin compromisos previos— puede llevar a cabo una mejor tarea desde una secretaría de Estado. Pero ésa no es la regla. En general un hombre o una mujer con experiencia tienen la ventaja de no requerir tiempo de aprendizaje y de tener una idea clara de las reformas que hay que realizar en un determinado sector.

No sólo ha fallado el Presidente en su promesa y responsabilidad de llevar a los mejores hombres y mujeres al gabinete sino que, una vez que ha tenido a los colaboradores en sus cargos, ha mostrado una notable incapacidad para hacer cambios. Fox se ha abstenido hasta ahora de ejercer esa facultad fundamental de un presidente de modificar su equipo de trabajo. La mayoría de los cambios que ha hecho hasta ahora no han sido producto de sus decisiones sino resultado de las renuncias de sus colaboradores. No sorprende que el Presidente viva en el espejismo que lo hizo declarar hace algunas semanas que su gobierno no ha cometido un solo error. Fox no le pidió su renuncia a Leticia Navarro en Turismo sino que ésta dejó el cargo exasperada ante la burocracia. Jorge Castañeda no sólo renunció a la Secretaría de Relaciones Exteriores sino que el Presidente estuvo suplicándole durante días que se quedara. Francisco Barrio dejó la Contraloría, pero porque deseaba ocupar la coordinación general de los diputados panistas en el Congreso. Tomás Ruiz dejó la dirección de Banobras -sacrilegio de sacrilegios- para postularse como candidato de la oposición a una diputación federal.

Es correcto que un presidente busque mantener la continuidad limitando los cambios en su equipo de trabajo, pero preocupa la incapacidad de realizar cambios cuando éstos son necesarios. Pareciera que el Presidente, en lugar de mover las fichas en el tablero de ajedrez con una estrategia ofensiva, está esperando siempre el movimiento del rival para tomar medidas defensivas. Pero ésta no es sólo una mala táctica en el ajedrez: lo es también en la administración pública y, sobre todo, en la política.

Barrio

Francisco Barrio ha recibido el tan anunciado nombramiento de coordinador de los diputados del PAN. Desde el punto de vista político, lo significativo es que se trata de un aliado del presidente Fox. La postulación de Barrio fue en parte consecuencia del intento de algunos panistas de llevar al cargo a Antonio Lozano, a quien se veía como demasiado cercano al coordinador de los senadores del PAN, Diego Fernández de Cevallos, quien había tenido demasiadas disputas con el Presidente.

Correo electrónico: sergiosarmiento@todito.com

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