El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Los laguneros ya habían demostrado ser un público fiel, pero lo que hicieron el jueves ¡no tiene nombre!
Llegaron temprano para alcanzar un buen lugar en la explanada de la Feria de las Estrellas, se empaparon con el aguacero que cayó, esperaron dos horas a que El Gran Silencio comenzara su espectáculo y lo mejor: se entregaron por completo a los “Chuntaros”.
Eran las nueve de la noche, todos corrían para protegerse de la tormenta... se suponía que a esa hora iniciaría el concierto de El Gran Silencio pero resultaba sumamente peligroso prender los aparatos. “Seguro se va a cancelar”, decían algunos de los jóvenes que permanecieron frente al escenario; mientras que adentro de los improvisados camerinos Tony, Cano, Campa, Ezequiel y el resto de los músicos estaban en espera de lo que dijeran su representante y el empresario.
El tiempo iba transcurriendo y nadie daba razón si el espectáculo se llevaría a cabo. Como si se tratara de un milagro, la lluvia se calmó y los que se habían “escondido” en los diferentes stands se dirigieron rápidamente a la explanada de la Feria de las Estrellas. A las diez de la noche las luces del enorme foro se encendieron, era un buen indicio, pero no había que cantar victoria. Los técnicos aseguraban que debido a que todo estaba muy mojado, se corría el riesgo de que cualquiera que pisara los cables recibiría una descarga. Había que ver.
Después de hacer unas pruebas, el staff comenzó a acomodar los micrófonos y los instrumentos, y las trabajadoras de la feria secaban afanosamente. La prueba había sido superada. Inesperadamente, a las 10:50, una grabación comenzó a escucharse y los intérpretes de Dormir Soñando subieron al escenario. En ese momento vino una “explosión” de euforia de parte de toda la fanaticada que para ese entonces sumaban más de cuatro mil personas; la mayoría eran jóvenes vestidos con ropa holgada, gorras o mallas en la cabeza y sus respectivos tenis Converse.
El primer tema “en forma” de la noche, fue Cumbia Lunera, luego le siguieron El Retorno, América (de Los Tigres del Norte), Déjenme si Estoy Llorando, Cumbia Muffin, Cumbia Poder y Buenos Días.
Rock, cumbia, ska, hip hop, aquello fue una mezcla de géneros que derivó en un ambiente inigualable. Campa hipnotizó a “Los cholitos” con su acordeón, Cano con su voz y Tony con los movimientos de cadera. “Mira cómo lo mueve”, dijeron anonadas unas señoras que se encontraban entre el público.
Después de una hora y media de emociones, El Gran Silencio se despidió con El Chúntaro Style. El reloj ya marcaba las 12:20. La fiesta había terminado.
Adiós al silencio
La Feria de las Estrellas no estuvo inundada por el agua que cayó, sino por el mar de gente que lo mismo bailó, brincó y cantó con El Gran Silencio.
-Número de canciones: 16.
-Las más bailadas: El Chúntaro Style, Dormir Soñando y Cumbia Lunera.
-La más coreada: Déjenme si Estoy Llorando y Lo que no fue no Será.
-La dedicatoria: Cano dedicó el tema Ayer a Eduardo González “El Piporro” y Rubén Rincón Vázquez, mejor conocido como “Chihuas”, quien en vida fuera parte de Los Capi.
-Las que faltaron: Tonta Canción de Amor y Decadencia. Las tenían programadas por si la gente pedía otra.
-Lo mejor: la interpretación y la ejecución del grupo. Cualquiera hubiera pensando que estaban haciendo play back porque se escuchaba igual que en sus discos, pero no, tocaron completamente en vivo.
-Inolvidable: el ambiente festivo que se vivió, cien por ciento familiar.
Fuente: Investigación de El Siglo de Torreón