Entre los integrantes de la DSPM, se conjugan tradición, curiosidad y necesidad como causas para llegar a ser policías preventivos
TORREÓN, COAH.- Algunos por necesidad, otros por curiosidad, unos más por tradición familiar pero todos coinciden que su trabajo les gusta, les apasiona, no tanto por llevar uniforme o portar arma, sino porque afirman que les impulsa el espíritu de servicio a la comunidad con la que están comprometidos y para ellos, esto es ser policía.
En el marco de los festejos del Día del Policía, que originalmente se celebra el dos de enero de cada año, pero en esta ocasión fue hasta el 13, debido a que inicia una nueva administración municipal, El Siglo de Torreón platicó con agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) sobre la razón por la cual ingresaron a la corporación, su opinión sobre los malos elementos, qué tanto los afecta esto en lo personal y lo laboral, además de algunas de sus vivencias que han tenido durante su desempeño como servidores públicos.
Jorge Ortiz Pérez, supervisor de vigilancia, 17 años dentro de la DSPM
La verdad, entré a la corporación para saber qué se sentía ser policía. Pensaba durar dos o tres meses, pero me gustó y ya llevo gran parte de mi vida con el uniforme, pues después de todo me ha gustado servir a la sociedad, ayudar a la gente que tiene algún problema y sobre todo, combatir la delincuencia.
Corrupción. Creo que los compañeros que han incurrido en algún ilícito, no debieron haber entrado a la policía, pues denigran el uniforme y además de afectar la imagen de la corporación, no tienen ni idea de cómo nos dañan en lo personal, pues gracias a ellos la gente nos pierde la confianza al creer que todos somos iguales, pero no es así. Habemos quienes tratamos de desarrollar una buena labor en beneficio de la ciudadanía.
Por fortuna, la corrupción que antaño prevalecía al interior de la Policía Preventiva, poco a poco ha ido acabando, aunque no del todo, reconozco, pero no es igual que cuando ingresé, porque entonces había muchos malos elementos, como en cualquier lugar: De dos o tres administraciones municipales a la fecha, quienes deshonran el cuerpo policíaco han ido saliendo y aunque aún existen agentes que tienen la idea que ser policía es para extorsionar y abusar de la autoridad que se les confiere, son ya muy pocos y tarde o temprano van a salir.
Experiencias. Hace algunos, años, no recuerdo la fecha exacta, se suscitó una riña en una de las cantinas de la privada Cinco de Mayo. Eran varios militares francos que tras provocar el pleito salen huyendo rumbo al ejido El Consuelo, por lo que los seguimos.
Al llegar ahí, se hallaban 12 soldados que estaban a cargo de la vigilancia del lugar, quienes protegieron a sus compañeros, por lo que salieron a relucir las armas de ambas partes y aunque estábamos en desventaja por las armas largas que tiene el ejército, ni mis compañeros ni yo nos amedrentamos.
Por fortuna intervino el sargento Barrios y quien estaba al mando de los militares y la situación no pasó a mayores, pues de lo contrario el resultado hubiera sido funesto.
Salario. Conforme han transcurrido los años, los distintos presidentes municipales y los directores que han estado al frente, han ido mejorando el sueldo y las diferentes prestaciones que se tienen, de tal manera que las percepciones son decorosas. Existe también el llamado pago de resguardo, que es una compensación al responsable de la patrulla con el objeto que la cuide.
Humberto Palacios Rojas, inspector de Zona Centro, cuatro años y medio en la Policía
Mi deseo de servir a la comunidad, fue uno de los motivos por los que ingresé a la Academia de Policía y de ahí al servicio activo. Otra de las causas que me impulsó a ser policía, es que mi abuelo, padre y hermano, también lo fueron, por lo que seguía la tradición.
Irregularidades. Como en cualquier corporación, incluso de Estados Unidos, aquí también existen anomalías y actos de corrupción, que por fortuna van desapareciendo en la medida que los mandos superiores se enteran de la situación, depurando a los elementos que manchan la imagen de la Dirección de Seguridad Pública y sobre todo de sus compañeros que confiaron en ellos, sin olvidar a la ciudadanía.
Esto último, es lo que más nos afecta, ya que la gente nos ve como si todos estuviéramos cortados por la misma tijera, e incluso nos llegan a proferir insultos, porque ya no confían en nosotros como antes.
Anécdota. El sujeto que con el pretexto de no tener trabajo ni dinero para su familia, robó el ánfora de las limosnas de un altar a la Virgen de Guadalupe ubicado en bulevar Revolución y calle 11, es una de las vivencias que más voy a recordar, sobre todo porque el detenido argumentó que le ofrecería un rosario a la Guadalupana para que lo perdonara. Lo anterior es un tanto chusco, pero en lo personal, creo que fue profanación para quienes somos devotos de la Virgen de Guadalupe.
Ingreso. En la actualidad, los sueldos no están tan mal, ya que las autoridades municipales anteriores, no sólo la que recién terminó, han hecho esfuerzos por conseguir un buen ingreso a los policías y con la implementación del servicio policial de carrera, se presenta una buena oportunidad para lograr ascensos que antes sólo los obtenían las personas recomendadas y sobre todo de obtener mayores percepciones.
Roberto Camacho Martínez, agente patrullero con 16 años de servicio
Luego de probar suerte dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional donde me desempeñé como soldado en las diferentes labores que desarrolla el ejército, me gustó el ambiente y me enlisté como policía.
Durante 12 años permanecí asignado a la policía bancaria y hace apenas cuatro años desarrollo mi labor en las calles que es donde se aprende más y donde se tiene mayor riesgo.
Me gusta ayudar a la gente, pero sobre todo detener a quienes hayan incurrido en un delito, ya que pienso que de esta manera, además de salvaguardar la integridad física y patrimonio de la comunidad, también lo hago con mi familia.
Mi mejor anécdota es que luego de tanto tiempo sigo siendo policía y hasta el momento no he caído en la tentación como algunos compañeros que ya no están, de extorsionar a la gente, pues creo que debo ser un ejemplo para mis hijos.
Sobre el salario, ha mejorado y las prestaciones también y aunque he tenido la oportunidad de ascender, lo que me gusta es estar en la calle, persiguiendo maleantes.