Milán, (AP).- La temperatura media de la Tierra en los ocho primeros meses de este año es 0,7 grados centígrados superior a la de finales del siglo XIX.
Estos registros, actualizados hasta agosto de 2003, fueron presentados en Milán en los análisis del calentamiento global del prestigioso Centro Hadley británico de investigación del clima.
El año pasado, en el que el aumento con respecto a finales del siglo XIX fue de 0.8 grados, fue el segundo año más cálido desde que se tiene registro (1998 es el récord absoluto) y 2003 va camino de ser el tercero o el cuarto, informó Geoff Jenkins, director del programa de investigación del Hadley, en una sesión celebrada en la 9ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
En los meses de verano de 2003, señaló el científico, se registraron temperaturas extremas en el hemisferio Norte del planeta y la región mediterránea sufrió en los pasados junio y julio el récord de altas temperaturas combinadas de tierra y superficie marina. Los análisis proceden de datos registrados por más de mil estaciones meteorológicas terrestres y medidas tomadas por 8.000 barcos y boyas.
Jenkins presentó las más recientes investigaciones del Hadley, con el importante logro de haber podido diferenciar ya el efecto de la actividad humana en el calentamiento no sólo considerando el planeta como un todo, sino individualizando regiones continentales, algo que hasta ahora no era posible hacer con los modelos de estudio y predicción climática existentes. Tras recordar que ya a escala global los científicos habían asignado a la actividad del hombre más del 50% del calentamiento observado, los indicadores continentales especifican esa misma responsabilidad.
El experimento del Hadley se ha centrado en seis regiones continentales: Norteamérica, Asia, Sudamérica, África, Australia y Europa. “Se distingue una señal significativa de calentamiento provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero en todas las regiones continentales estudiadas”, señalan los investigadores británicos.
Los cambios de temperatura debidos a otros factores inducidos por la actividad humana, como las partículas en suspensión en la atmósfera, o los factores naturales se detectan en algunas pero no en todas las zonas estudiadas, y su efecto en el calentamiento es menor.
Pero la temperatura ya no es el único indicador de cambio climático identificado por los científicos, recordó Jenkins en la sesión, presidida por el ministro británico de Medio Ambiente, Elliot Morley. También se aprecia la influencia humana en el sistema climático por los cambios registrados en al presión atmosférica en superficie.
Una investigación que el centro Hadley ha realizado en colaboración con expertos canadienses para analizar las variaciones de la presión atmosférica en la superficie terrestre, y por lo tanto en los vientos, ha mostrado que en los últimos 50 años ha aumentado la presión en el Atlántico Norte subtropical, en el Sur de Europa y en el Norte de África, mientras que ha disminuido en las regiones polares y en el Pacifico septentrional.
En cuanto a las predicciones climáticas para este siglo, los últimos resultados de los modelos de predicción del centro Hadley, destacó Jenkins, indican un aumento de entre 2 y 4,5 grados centígrados, dependiendo del volumen de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera (la menor subida de temperatura corresponde al escenario en que las emisiones son más bajas, y los 4,5 grados a las emisiones más altas).
“El clima seguirá cambiando en el futuro”, advirtió Jenkins, “pero el cambio será menor si se reducen las emisiones”. En la misma sesión, Nigel Arnell, de la Universidad de Sothampton (Reino Unido), adelantó algunos resultados de los estudios que están realizando acerca de los impactos socioeconómicos del cambio climático, considerando factores variables como el desarrollo económico, las opciones energéticas, o la población.