?Nuestra histórica relación conflictiva con Estados Unidos y aún entre nosotros mismos agudizada por el Tratado de Libre Comercio é incluso la misma globalización, ha hecho de nosotros que seamos víctimas y esclavos de éste sistema de vida?.
En virtud de algunos acontecimientos recientes en nuestro país pero que sin duda alguna tienen repercusiones sólo en algunos países extranjeros (para qué exagerar que en todo el mundo) como suelen suceder con declaraciones que muy frecuentemente hacen algunos líderes políticos y de la iniciativa privada en nuestro medio incluso el propio Gobierno; reflexionaba sobre la razón de que a pesar de los grandes avances y logros que se han logrado en nuestro país (con todo y sus grandes rezagos también) persiste una cultura de hablar veladamente, haciendo alusiones a terceros ó grupos sin especificarlos y por último se auto nombran voceros de la verdad para justificar situaciones de toda índole, que nos impide verdaderamente avanzar hacia un futuro verdaderamente democrático, libre y respetuoso de la diversidad de posiciones y opiniones como corresponde a un país de más de cien millones de habitantes. Parece ser que se trata de una forma de vida y cultura de la cual no nos escapamos nadie, llámese Gobierno, partidos políticos, empresarios y la sociedad en general.
Pero dejemos de teorizar y vamos a referirnos precisamente y sólo a manera de ejemplificar lo antes expuesto a los asuntos más recientes que nos atañen y que puedan respaldar de alguna manera el título de ésta nota:
Con motivo de una conferencia dictada por Adolfo Aguilar Zinser (en ése momento Embajador de nuestro país en las Naciones Unidas) en la Universidad Iberoamericana, expresó su sentir de que México es el patio trasero de Estados Unidos, lo que de inmediato causó una conmoción desde mi opinión muy exagerada, más adelante trataré de justificarme; lo cierto es que lo anterior motivó que de inmediato el Canciller Derbez citó en la cancillería a nuestro embajador para tomar medidas sobre éste hecho que para entonces ya no había más tema en todos los medios de comunicación a nuestro alcance que la del Señor Aguilar Zinser, como se especulaba en dichos medios y los muy sesudos analistas y comentaristas políticos pronto se fraguó el cese fulminante del embajador, pero como nos gusta el suspenso se le permitió quedarse en su puesto lo que resta del año. Analice usted éste disparate, después de cinco horas de la entrevista del canciller y el embajador (según los medios) que tampoco me explico qué tanto tiempo se puede necesitar para dilucidar ésta decisión, por fin se dio a conocer la noticia oficial, entonces imagínese a un embajador destituido, desalentado y sin facultades regresar a la ONU, no sólo a despedirse y entregar los asuntos pendientes sino continuar en dicha posición, hasta terminar el año, es esto correcto y profesional? Pero faltaba cerrar con broche de oro: el presidente Fox declara que las afirmaciones del embajador ofenden a él y a todos los mexicanos y entonces viene el último acto; Aguilar Zinser con toda dignidad renuncia y en tono personal dirige al Presidente su renuncia pero además le recrimina no el despido sino la forma y las declaraciones hacia su persona; de todo ello a uno le queda un sentimiento de pena ajena, con todo y sea justo o no la destitución de dicho funcionario.
¡Está mal que dicho funcionario se expresara en éstos términos de nuestra relación con Estados Unidos, por su representación que tenía en ésos momentos ante la ONU!.
Está mal que el ejecutivo y su canciller le dieran un trato de deshonra ante el país y ante la ONU, podía ser sancionado ó como sucedió Hacero Dimitir, pero nunca menoscabar su dignidad como persona.
Está mal que Aguilar Zinser permita ventilar su desacuerdo faltándole al respeto al ejecutivo. Pero también al presidente Fox y sus corifeos se les olvida a la hora de mencionar la amistad personal con Bush y Estados Unidos nuestra tardía respuesta cuando los acontecimientos de septiembre y que a pesar de lo que digan, aún esto no se ha olvidado por nuestros vecinos del norte.
Está mal que no sepamos reconocer nuestra dependencia con los Estados Unidos, ya que como yo mismo comenté en otras ocasiones dependemos en mucho de ellos, pero.....
Está muy mal que olvidemos la historia real en la cual Estados Unidos tiene enormes intereses financieros, industriales, comerciales, por los que Washington podría sentir la tentación de intervenir de muy diversas maneras como siempre lo ha hecho para provocar la tranquilidad ó inestabilidad en nuestro país. Por esto debemos reconocer el predominio y la superioridad además de la dependencia que tenemos de ellos, pero tampoco debemos de tener temor de ser un país digno, fuerte en sus valores y con promisorias manifestaciones de una sociedad cada día más fuerte y vigorosa que merece respeto y tolerancia y no tener temor ni sumisión de expresar nuestra verdad ante los designios no de todos los norteamericanos, pero sí de los emporios del poder económico, político y de los organismos como el FMI y el Banco Mundial que quieren dirigir los destinos de los países que los requieren. El tamaño y el poder de Estados Unidos siempre estará latente amenazadoramente sobre México, pero también está comprobado que podemos ser un país sumamente difícil para ellos; aprenderemos que problemas como los valores, corrupción, estado de derecho, deuda externa, energéticos, finanzas, petróleo, derechos humanos, son espejos comunes de los principales dirigentes públicos y privados de ambos países y la contigüidad de México y Estados Unidos ha producido un trauma sicológico y permanente entre las dos naciones, desde luego de diversas maneras, en donde la desigualdad de ésta relación tendrá qué cobrar su factura y la buena fe no puede desplazar a la cruda realidad.
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