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El mundo de al revés

Gilberto Serna

No puedo creer los rumores que están corriendo en los medios políticos acerca del desencanto que se está apoderando de nuestro Presidente quien a raíz del resultado de las elecciones quienes le han visto dicen que se ha mostrado alicaído, apesadumbrado y, contra su costumbre, carente de entusiasmo. Los que lo conocen de antaño saben que algo está pasando por su cabeza pero no acaban de entender que puede ser. Como decían los viejos coahuilenses anda que no lo calienta el Sol. Se siente abandonado, traicionado por una ciudadanía que siempre reaccionó en los momentos difíciles apoyando sus propuestas. En estos días no encuentra su lugar, notándose abstraído e inquieto. Su talante parece haber cambiado. No hace mucho se le veía animado, ameno, cautivador. Iba de un lado a otro confiado en que la magia de su personalidad le traería los beneficios requeridos: una cámara de Diputados que le fuera dócil.

Las noches anteriores tenía un sueño recurrente en los que se veía aclamado por las multitudes, como en sus mejores tiempos de campaña en que sus amigos le proveían del dinero suficiente para lograr la popularidad que lo llevaría a la presidencia de la república. Tenía sobre su escritorio varias leyes aprobadas por el congreso de la unión. La reforma fiscal, la eléctrica, la del trabajo estaban a punto de ser promulgadas. Esta vez si que la había hecho. Nadie se interpondría en su camino. De pronto despertaba dándose cuenta que no había conseguido su propósito. No había hecho planes para el caso de que los votantes no le quitaran el freno. No solo no le dieron el espaldarazo que necesitaba si no que además le disminuyeron el número de partidarios. Eso lo dejó perplejo ¿qué había fallado? Los recursos se habían dirigido a convencer a la ciudadanía de que si nada se había hecho era por que sus eternos adversarios no lo dejaban caminar. ¿Qué estaba pasando con este país que no entendió el mensaje? Las mismas reglas que se utilizaron en la campaña que lo llevó a arrollar con sus contrarios se habían usado ahora ¿entonces?

Los votos expresaron el sentir de la ciudadanía causándole una lógica decepción al gobierno. No solamente repitió el esquema de los primeros tres años en que no hubo mayoría a su favor sino que además la oposición obtuvo una bancada más numerosa. ¿Cuál es el significado? Una vez transcurrido un largo período de 36 meses los ciudadanos se han dado cuenta que no le pueden entregar toda su confianza a un gobierno que ha carecido de lo elemental: el conducirse con probidad. Ese ha sido el talón de aquiles de Vicente Fox. Hasta ahora hay sombras que no ha podido ahuyentar. La gente no es más la tonta de antes. Se da cuenta cuando le dicen la verdad y cuando le quieren tomar el pelo. Cada vez que el gobierno tiene un tropiezo no se le dice con claridad en que consistió el hecho de que se haya resbalado, tratando de engañar diciendo que no ocurrió tal traspié si no que la caída estaba fríamente calculada. Durante estos años de foxismo se ha estado creando el mundo de al revés. No importa, por ejemplo, que los índices de miseria digan una cosa, el Presidente dice que ha sido reducida, que el desempleo se recupera, basta ver lo que pasa en la calle, que la inseguridad pública ha disminuido, que lo digan los que han sido asaltados a plena luz del día o cuya casa ha sido saqueada, que la corrupción está controlada la verdad es que nadie la ha podido parar.

El Presidente está nervioso. En estos días nada lo consuela. Si pudiéramos ver en su corazón sin duda encontraríamos en su sístole las amarguras que deja el ejercicio del poder y en su diástole la posibilidad de decirle adiós a una aventura antes de que el piso ceda bajo su peso. Esto ya se terminó. No hay para donde hacerse. Las semanas se van rápido como agua entre los dedos de la mano. En esto de gobernar no hay de otra que trabajar. Si fuera Fox un político que desea seguir adelante no le queda otra cosa que actuar de manera que la gente se dé cuenta que está haciendo algo y en este momento no hay otra cosa que cambiar a las personas que componen su gabinete. Es la hora de decidir. Si lo que se ha propagandizado es un cambio ¿qué mejor cambio en estos momentos?

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