Numerosos estadounidenses consumen pescado regularmente con el fin de equilibrar sus dietas y reducir la grasa de sus cuerpos. Lo que no saben, pues no hay mucha información al respecto, es que este alimento es recogido de aguas que a menudo están contaminadas con elementos químicos y desechos de acueductos. A diferencia de las carnes y aves, los pescados en los Estados Unidos no están sujetos a inspecciones obligatorias. Más del 80% del pescado consumido en ese país, llega al mercado sin haber sido sometido a un análisis contra la contaminación, las toxinas, las bacterias o los virus. El atún, el salmón y otros pescados son la causa del 96% de todas las enfermedades ocurridas por venenos naturales, venenos que ciertamente no pueden ser olidos, ni destruidos al cocinar. En el caso de los mariscos, la situación es todavía peor. Son recogidos en aguas costeras contaminadas con desechos de acueductos y son comidos crudos. El consumo de pescado contaminado podría inducir al cáncer, dicen varios estudios.