¡Quién lo pensara hace apenas unas décadas! Es aberrante, grotesco e indigno de las sociedades modernas. Lo cierto es que el sexo infantil se ha convertido en toda una industria, que genera amplios dividendos. Y el ya famoso Internet está ayudando a impulsar la afición tan perversa de muchos adultos de tener sexo con niños. ¿Cómo? Han creado su propia red los pervertidos.
Tienen sus claves, sus organizaciones e incluso sus revistas y publicaciones periódicas. Se pasan “tips” literalmente en todas las grandes ciudades de Europa y Estados Unidos de cómo conseguir niños y niñas. La explotación de los inocentes aumenta y aumenta y los gobiernos no parecen tener los mecanismos a su alcance para contenerla.
Muchas de estas criaturas son llevadas a burdeles de algunos países, donde solamente se “rentan” niños, ni siquiera adolescentes. ¿Para qué querríamos tantos adelantos científicos y tecnológicos si en lo moral hemos caído las sociedades modernas en la depravación moral, si no respetamos los valores básicos? He aquí una prueba.