A pesar de las numerosas campañas contra el tabaquismo, el número considerable de fumadores se incrementa día con día. Según la Organización Mundial de la Salud, el cigarrillo es el principal responsable de los diferentes tipos de cáncer de pulmón, que mata cada año a un millón de personas alrededor del mundo. A la vez, la práctica del tabaco sin humo (de mascar) es común para muchas personas, sin pensar en sus consecuencias, pues el simple hecho de que éste no exhala humo alguno, no significa que no sea perjudicial para la salud. Sin embargo, este tabaco vuelve a estar de moda, esencialmente a causa de su presentación, consistente en pequeñas bolsitas llenas de tabaco finamente cortado y perfumado con mentol, que se coloca entre la encía y la mejilla. Este producto fue introducido en los Estados Unidos en 1983 y se hizo popular entre los jóvenes, creyéndolo un sustituto del cigarrillo, pero la realidad son sus consecuencias. Los consumidores de tabaco sin humo pueden ser víctimas de la hipertensión. El riesgo del cáncer bucal que se contrae por el tabaco sin humo es irreparable. Es así, como diversos trabajos indican, que este mal se desarrolla justamente en el lugar donde el tabaco es colocado en la boca. La permanencia prolongada del tabaco en la boca contribuye a que la temperatura constante cree condiciones favorables para la proliferación de gérmenes, los cuales forman placas cancerígenas.
