La mayoría de los campesinos en Marruecos se dedican al cultivo del “kiff”, conocido en toda Europa como “hachís”. Los marroquíes de las montañas del Riff han sido gente de esclavos, oro, armas y kif desde hace más de cuatro siglos. Marruecos es una monarquía absoluta y como tal oculta su cultura de kif en las sombras. En los últimos 10 años, este país se ha convertido en el principal exportador de hachís a la Unión Europea. El área cultivada se ha multiplicado por 10 y alcanza más de las 80,000 hectáreas.
De acuerdo a un informe, los protectores del negocio, van “desde el más humilde agente de aduanas hasta los confidentes de palacio. Y es que hay demasiado consumo en Europa por todo tipo de drogas. No se puede culpar tan a la ligera a los países productores. Los consumidores europeos, al igual que los norteamericanos, están sedientos de más y más drogas. Los países europeos tienen diferentes legislaciones en cuanto a las drogas. Holanda es el país más liberal.
En los cafés y en centenares de tiendas, se venden anualmente centenares de toneladas de hachís. Otros países, como Francia, dicen oponerse, pero la vida con drogas es un hecho en toda Europa, quizás inevitable en la vida moderna. Si hay tanta demanda de drogas, es porque quizás en los países de alto consumo, como Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, sean un verdadero lubricante social, condenado, pero necesario para tolerar las presiones de la vida moderna.