Existe la creencia popular, pero completamente equivocada, que solamente los médicos y los dentistas son doctores. El título de “doctor” es, empero, un reconocimiento de capacidad académica. Cuando una universidad concede un doctorado a un individuo, está haciendo un reconocimiento a estudios superiores que han rebasado la licenciatura y la maestría en cualquier campo. Así, se puede ser Doctor en Filosofía, Economía, Física, Química, o cualquier otra rama del conocimiento. Para obtener un doctorado, hay que recorrer un camino largo, pasando primero por una licenciatura y maestría. De tal forma, no todos los médicos y dentistas son doctores en realidad. Muchos de ellos son solamente licenciados en medicina u odontología, pero no han llevado a cabo estudios superiores. Curiosamente, el doctorado más frecuente que se otorga es el de Filosofía y Letras y no los de medicina y odontología. Tanto en Europa como en los Estados Unidos, cerca de un 70% de los doctorados que se confieren son en Filosofía con alguna especialidad que se le derive o asocie.