Actualmente, la video-endoscopía es utilizada en ginecología, reumatología y en neurocirugía. Su uso más original en la actualidad es el campo estético. Durante el procedimiento, el cirujano sostiene los músculos responsables del relajamiento de los tejidos, introduciendo su endoscopio por un minúsculo orificio de algunos dos centímetros. El médico observa en la pantalla lo que sucede en el interior y opera. Cualquier persona que desee un rejuvenecimiento interesante de su rostro, pero que rechaza el “lifting” tradicional, ya sea por miedo o por razones económicas, puede solicitar esta técnica más ligera. Una de las ventajas de la video-endoscopía estética es que limita al máximo el número y el tamaño de las cicatrices. Esto es importante en materia estética, por definición. Para modificar el aspecto de un ceño, por ejemplo, interviene en el ceño mismo y no a distancia. La intervención se efectúa bajo anestesia local, que impide todos los efectos secundarios negativos consecuentes a la general. La intervención dura menos tiempo y es ambulatoria. Los traumatismos son mínimos. El paciente siente tirones durante 24 ó 48 horas y se atenúan poco tiempo después. La endoscopía estética no puede y no debe ser utilizada en caso de exceso o de relajamiento cutáneo importante. Un rostro demasiado arrugado requiere de una cirugía mayor. A la endoscopía se le puede complementar con un peeling.
