Total que la abstinencia que anuncia Vicente Fox para hacer proselitismo político no surge a raíz de las críticas de los legisladores del PRI y del PRD, en un reconocimiento de que el Presidente debe ocuparse de otros importantes asuntos que corresponden a su jerarquía no perdiendo el tiempo convirtiéndose en pregonero del panismo descuidando las funciones que legalmente le corresponden. Los partidos de oposición le cuestionan indicando que en sus constantes giras al interior de la República le sirven de pretexto para apoyar a los candidatos de su partido político. En esos términos sólo faltó a esos congresistas pedir que el ejecutivo no mire, no hable, no respire durante el proceso electoral. En fin, el Presidente, chueco o derecho, se reirá de sus recelos dándoles atole con el dedo a quienes le quieren tapar la boca y lo mismo hará con quienes le aconsejan se abstenga de participar, por que nadie tiene por que evitar que muestre sus preferencias políticas.
Nada tendría de malo que en anuncios promocionales apareciera el ciudadano Fox levantando la mano a miembros de su partido que hayan sido postulados para la contienda que se celebrará el próximo mes de julio por el blanquiazul. Eso es algo que se estila en una democracia, lo que a nadie espanta. En otros países no es raro ver al ejecutivo recorrer de un lado a otro el territorio con el propósito abierto de manifestarle su apoyo a los hombres que su partido político ha propuesto a los electores. Más vale que a la luz del día se hagan las cosas por que no hay disposición legal que lo prohiba. Un Presidente puede ir y venir de aquí para allá apoyando abiertamente y sin tapujos a sus correligionarios.
No habría crítica valedera si así procediera. Lo malo para Vicente Fox es que durante lo que lleva sentado en la silla presidencial no ha convencido a las grandes masas populares, que lo miran con gran cariño como el doctor Víctor Frankenstein admiraba a su criatura, pero que poco a poco se han ido dando cuenta de que la política no es lo suyo. Nadie olvida que había en el ambiente nacional una creciente hostilidad por las cosas que sucedían en los gobiernos priistas que poco a poco se fue transformando en un descontento en contra de los políticos que estaban en el poder. De ahí que en cuanto se pudo emitieron su voto a favor de algo diferente. Fueron muchas las expectativas que levantó el candidato Vicente Fox, lo que aunado al desprestigio en que habían caído los que hasta entonces tenían en sus manos el poder, hizo concebir la idea de que un cambio no le vendría mal al país.
Lo que sucede no es que el presidente Vicente Fox prometa alejarse de las campañas que tendrán lugar este año para renovar la cámara de diputados, obligándose a no participar en favor de los candidatos provenientes del partido político que le sirvió de catapulta para llegar a Los Pinos, sino que los líderes nacionales del PAN no quieren que la mala imagen que como gobernante durante más de dos años se ha ido forjando el de Guanajuato contamine el proceso electoral en su contra. Es por eso que le han pedido que se mantenga al margen, que no haga propaganda que lleve a pensar a la ciudadanía que las personas que figuran como aspirantes a una curul pertenecen a su establo personal. Lo que están pensando se apoya en el conocido adagio de que mucho ayuda el que no estorba.