Vitoreado, mas no imitado por sus hermanos sacerdotes, el padre Antonio Mier Mier ha emprendido la tarea pastoral de acudir diariamente al crucero del buvelar San Ignacio y Luis Donaldo Colosio, para solicitar el apoyo económico de los automovilistas, con la finalidad de recaudar fondos para la construcción de capellanías en colonias proletarias que estarán comprendidas en la parroquia en formación, Santa Cecilia.
Con su sotana blanca y una cachucha para protegerse del sol y el aire, el padre Mier Mier, con 69 años de edad, señaló que ha emprendido esta tarea porque las colonias pobres, como El Ciprés y otras de esta zona de la ciudad, requieren la construcción de sus respectivos templos católicos.
De entrada, la recolección en la calle está orientada a canalizar fondos para la capilla Nuestra Señora del Rayo, en la colonia El Ciprés, la cual actualmente está hecha a base de madera y parches muy rústicos; no tiene bancas y su piso es de tierra.
Tan sólo en un domingo, el día de mayor afluencia de los fieles católicos, en la capellanía de El Ciprés las ofrendas no superan los 60 pesos, dado que las familias de este asentamiento humano son proletarias y de muy escasos recursos.
En el caso de la Parroquia en formación, denominada Santa Cecilia, en el fraccionamiento La Forestal, la situación es diferente, pero se requieren apoyos especiales para concluir la obra civil de este recinto religioso, aseveró el sacerdote.
El presbítero Mier Mier fue ordenado sacerdote el primero de junio de 1966 por el entonces arzobispo de Durango, Antonio López Aviña, y en su ministerio se ha desempeñado en distintas parroquias y templos de la Arquidiócesis: en el Barrio de Tierra Blanca, en la colonia Santa María, la Villa de Guadalupe; los municipios de San Juan del Río, Guadalupe Victoria, y recientemente en el fraccionamiento La Forestal.