El bajo salario impide sostener el estudio de los hijos, vestirlos, pagar luz y agua
TORREÓN, COAH.- Igual que la mayoría del sector productivo, la industria panificadora espera un año poco alentador. Las ventas son bajas pues hay demasiada competencia y poco interés de jóvenes en aprender este oficio.
Manuel Basurto decidió abandonar el oficio para convertirse en chofer. El dinero que obtenía haciendo pan no le permitía sostener a su familia.
?El sueldo es bajo y ya en todas partes te pagan por lo que haces?.
?El bajo salario te impide sostener el estudio de los hijos, vestirlos, pagar luz, agua y otros gastos y la situación es la misma que afrontan miles de trabajadores en el país; el problema económico nos afecta a todos, aunque a unos más?.
Joaquín Horta Dorador, con más de 50 años de trabajo en la industria panificadora, asegura, vivió otros tiempos y reconoce que ha cambiado mucho esta labor. Hay evoluciones, antes se hacía todo el proceso con las manos y ahora se usan máquinas.
?El sabor del pan varía, aunque los años de experiencia me permiten darle el sabor deseado sin necesidad de productos artificiales?. Para mí no hay hora de entrada ni de salida, pues el pago es a destajo, por lo que haces, cuenta.
?En mi caso, la situación económica no me preocupa tanto, pues ya tengo hijos grandes que se casaron y en poco tiempo me voy a jubilar, pero seguiré haciendo pan porque es lo que me gusta. Hoy ya no hay amor de los jóvenes a su profesión?.
Nos va ir igual que a todos
Raúl Fabián Ruelas Navarro, secretario general de la Sección 7 de Tahoneros, dice que esperan un futuro difícil igual que todos los trabajadores. La mano de obra en este arte, ?porque no es un oficio?, se ha visto afectada.
Hay centros comerciales que ofrecen una competencia dura a las panaderías, donde los promedios de sueldo a sus trabajadores es de 150 pesos con ocho horas de trabajo nocturno en promedio y por eso muchos jóvenes no tienen interés.
Ruelas Navarro se refirió a las maquiladoras que llegaron a la Laguna y que han acaparado a los jóvenes, muchos de los cuales ya no quieren batallar para ganarse algo de dinero aprendiendo un oficio.
La competencia
Juan Antonio Luna, propietario de una panadería, informó que en los últimos meses ha disminuido la venta del pan en un 40 por ciento, debido a la competencia que ofrecen centros comerciales y clandestinos que andan en triciclos, bicis, camionetas y casas particulares.
?Hasta las farmacias venden pan?.
La situación es difícil pues a lo anterior se suma el incremento de los insumos para la elabora-ción del producto y destacó el caso del precio de la harina que en octubre anterior registró un aumento del 100 por ciento.
El industrial se refirió a la escasez de mano de obra y reconoció que muy pocos jóvenes desean dedicarse a este oficio, pero el mayor problema se tiene con la competencia. Las consecuencias son el cierre de panaderías aunque el sabor es muy diferente.