EL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II concluyó el año con palabras de agradecimiento por los últimos 12 meses y con la esperanza por el año que empieza, en su tradicional homilía a los feligreses.
La ceremonia se realizó en un ambiente de tensión en el Vaticano por la posibilidad de una guerra con Iraq en el 2003. El pontífice que en el pasado ha expresado consternación por la guerra y el terrorismo, ayer se dedicó por completo a los asuntos religiosos.
Juan Pablo II pidió a los varios miles de feligreses que se congregaron en la Basílica de San Pedro que se unieran ?en un himno de gratitud por el año 2002, mientras que enfrentemos en el horizonte la historia del 2003.
?Agradezcamos a Dios desde el fondo de nuestros corazones por todos los beneficios que Él tan generosamente nos ha dado en esos pasados 12 meses?.
El pontífice citó entre los puntos más importantes del año, ?la generosa respuesta de tanta gente joven a la propuesta cristiana?, en una aparente referencia a la gran asistencia del Día Mundial de la Juventud en Toronto, en julio.
Asimismo elogió ?los pasos significativos por la vía ecuménica no tan fácil?. En enero, unos 200 líderes de varias religiones llegaron a Italia por invitación del papa, en una plegaria de que la religión no debería ser usada para justificar la violencia.
Soldados festejan
Con los cazas de combate y bombarderos sujetos a sus amuras bajo el puente, unos 5,000 marineros y pilotos transformaron ayer la cubierta del portaaviones Constellation en una gigantesca merienda campestre para festejar con 24 horas de adelanto el Año Nuevo.
La posibilidad de una guerra con Iraq no pudo estropear el sabor del pollo y el bistec a la brasa, junto con montañas de perros calientes, frijoles con tocino, maíz, papas fritas, galletitas y bebidas gaseosas que prepararon 200 cocineros.
Algunos marineros jugaron al futbol americano y otros hicieron carreras con sus carritos de juguete.
El feriado fue adelantado porque la nave, debe realizar sus operaciones hoy.