13 septiembre 2003
ROZNAVA, Eslovaquia (AP).- El papa Juan Pablo II tuvo dificultades el sábado durante la celebración de la misa ante decenas de miles de peregrinos en esta ciudad oriental.
El pontífice de 83 años apareció descansado y alerta el sábado, pero su voz se escuchaba débil y arrastraba las palabras, su mano derecha temblaba mucho. Después de leer dos veces una misma oración de su discurso de bienvenida, Juan Pablo II pidió al cardenal Jozef Tomko que terminara de leer la homilía a una multitud de por lo menos 100.000 personas.
El pontífice, parcialmente protegido de las ráfagas de viento, leyó partes de la liturgia. El peregrinaje número 102 del Papa al extranjero se ha visto afectado por su debilidad. Sufre de la enfermedad de Parkinson y problemas en la cadera y las rodillas; sus asistentes lo trasladaban en una silla de ruedas,
Al comienzo de la semana, Juan Pablo agradeció al presidente Rudolf Schuster por el reciente veto de una legislación federal que habría dado peso legal a normas sobre aborto en este país, que ahora permite el procedimiento en la mayoría de los casos.
En la época comunista, los anticonceptivos eran escasos, muchas eslovacas usaban el aborto como medio de control de la natalidad.
Pero la práctica del aborto, aunque es legal en el primer trimestre del embarazo por cualquier razón, y hasta la 24ª semana cuando existen defectos en el feto, ha ido en descenso. Hace una década, Eslovaquia tenía una de las más altas tasas de aborto en el mundo: 40 de cada 1.000 mujeres; ahora, los funcionarios dicen que ha descendido a 10 de cada 1.000.
El Vaticano está considerando viajes papales el año entrante a Austria, Francia, Suiza y Polonia, aunque ninguno ha sido confirmado. Esta es la tercera visita de Juan Pablo a Eslovaquia; antes había visitado Croacia y Bosnia.
pontifical oficiada en Roznava, al este de Eslovaquia, en medio de una fuerte polémica desatada por una reciente enmienda abortista vetada por el presidente,
El Papa recibe a niñas siamesas
Juan Pablo II recibió hoy a las niñas siamesas Lucía y Andrea durante la misa Rudolf Schuster.
Tras una complicada operación de cesárea, las dos hermanas nacieron unidas por la cadera y el abdomen, y el matrimonio expresó entonces su voluntad de ocuparse de ellas y solicitó además que "cuando sea posible, que las separen".
Tras el parto, la madre continuó hospitalizada durante ocho meses, sin conocer la evolución de sus hijas, aunque la desacostumbrada intervención quirúrgica fue practicada con éxito, y las niñas han cumplido ya tres años y se encuentran sanas.
El papa recibió a las siamesas, que le hicieron entrega de una muñeca durante el ofertorio, en medio de la polémica levantada por una reciente enmienda que amplía el plazo de despenalización del aborto hasta la vigésimo cuarta semana por malformaciones congénitas, y que fue vetada por el presidente Rudolf Schuster. Los obispos locales dijeron que se trataba de mostrar a Juan Pablo, que acarició sus mejillas, el gozo que su madre habría perdido si hubiera recurrido al aborto.
Mil trescientos policías velan hoy por la seguridad del papa en Roznava, a escasos kilómetros de la frontera húngara, por lo que el santo padre añadió en su homilía unas palabras en lengua magiar.
El programa de Woityla se limita a presidir el acto eucarístico y luego aprovechará para reposar en la sede del palacio episcopal, para después retornar a Bratislava, desde el aeropuerto de Kosice, a las 18,40 hora local.